EL VINALOPÓ RECIBE LA ENÉSIMA OLA DE TOALLITAS QUE ALFOMBRA SU CAUCE, MIENTRAS SE DISCUTE SI SE QUITA O SE DEJA EL HORMIGÓN DEL CAUCE URBANO

Las lluvias que  hace unos días cayeron sobre la ciudad de Elche han tenido el resultado acostumbrado sobre el cauce del río Vinalopó, aguas abajo del casco urbano, la llegada de la enésima capa de toallitas y otros productos higiénicos que cubre la vegetación de la ribera del río. Desde 2016, AHSA ha denunciado, entre otros impactos que sufre el Vinalopó, la periódica llegada de toneladas de residuos al cauce del río cada vez que se producen lluvias de cierta entidad. En esas fechas nos dirigimos tanto al Ayuntamiento de Elche como a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), denunciando la situación y pidiendo la adopción de medidas. La CHJ, en su respuesta, se limitó a señalar que la limpieza del río en los tramos urbanos era competencia de los  ayuntamientos y que por ello le daba traslado a esta Administración, sin valorar los vertidos contaminantes a través de las aguas pluviales. Las explicaciones del Ayuntamiento de Elche se produjeron durante una reunión del Consejo Municipal de Medio Ambiente, en la que un representante de Aigës d’Elx explicó que los vertidos se podrían evitar con la construcción de un tanque de tormentas, dispositivo para la reducción de los vertidos contaminantes en periodos de lluvias intensas y que la CHJ había contemplado en el borrador del Ciclo de Planificación Hidrológica 2015-2021, presupuestado en 37 millones €, pero que finalmente no se incluyó en el documento final debido » a razones económicas derivadas de la recesión económica y del resultado del análisis coste – beneficio».

En junio de 2018, con ocasión de otra oleada de toallitas sobre el cauce del río, AHSA volvió a dirigirse a la CHJ solicitando la construcción del tanque de tormentas, avisando de la negativa repercusión que tenía sobre un cauce público, así como sobre espacios naturales protegidos como el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, incluido en la Red Natura 2000, tanto por haber sido declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), protección que también gozan los fondos marinos de la bahía de Santa Pola en los que vierten sus aguas el Vinalopó y el conjunto de azarbes proveniente de Los Carrizales de Elche. En su contestación, la CHJ explicó que estas medidas, la construcción de tanques de tormenta, son de competencia local (ayuntamientos) y que únicamente se incluyeron los declarados de interés general, a no ser que existiera petición expresa por parte de la Administración Competente, en este caso el Ayuntamiento de Elche, de incluir alguna medida de su competencia. AHSA tiene constancia documental de que el Ayuntamiento solicitó a la CHJ la ejecución de la obra. En la tramitación del nuevo ciclo de planificación hidrológica 2022-2027 de la demarcación del Júcar, AHSA presentó alegaciones al  Esquema Provisional de Temas Importantes del mismo, solicitando entre otras medidas la construcción del tanque de tormentas.

El pasado domingo, un socio de AHSA, observó asqueado, como una vez más, una ola de toallitas higiénicas volvía a cubrir las orillas del Vinalopó. Las fotos que hace las remitimos al diario Información que son motivo de la redacción de una noticia,  en la que el equipo de  gobierno municipal afirma que con las obras de ampliación de la EDAR  se acabarán los problemas de los vertidos de toallitas al río. Más que dudoso que la EDAR pueda asumir el volumen de aguas pluviales de una tormenta de 100l como la que cayó la semana pasada. Parece que el Ayuntamiento renuncia a reclamar la construcción del tanque de tormentas.

En los últimos meses ha aparecido en prensa, de forma reiterada,  noticias relacionadas con el proyecto de renaturalización del cauce del río Vinalopó, a su paso por el casco urbano de Elche. Más intensa, durante los últimos días ante la sorprendente negativa del PSOE de apoyar el proyecto con peregrinos argumentos como que la retirada del hormigón del lecho del río puede provocar molestias a los vecinos y se debe valorar el impacto social de la medida. ¿Puede ser  traumático para los vecinos de Elche enfrentarse cada día  a un río en el que aparezcan plantas y animales en su cauce?

Mientras en la ciudad crece la polémica, hormigón contra naturaleza, a las afueras, el río objeto de la polémica ve otra vez recubierto su cauce y orillas  de toallitas, parece que esta situación no causa impacto social, la vivimos como algo usual, lo que no vemos o no queremos ver, no existe. ¿Hasta cuando?

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