PRIMERA ACTIVIDAD DE 2023. AHSA VISITA AL HONDO

El pasado sábado día 14 hicimos la primera actividad de 2023, una visita a los embalses de Riegos de Levante en el Parque Natural de El Hondo. Nos recibió una fría y agradable mañana hondeña con muy buena visibilidad gracias a los vientos de poniente de los días anteriores.

Una primera parada en la pasarela de Poniente norte nos permite descubrir algunas rapaces posadas en los eucaliptos de la zona del coto del Bosquet, destacando un águila perdicera inmadura y un lejano halcón peregrino. Aunque las aguas no han llegado a alcanzar esta zona del embalse de Poniente, podemos ver miles de aves sobre la lámina de agua que queda un poco más allá. Flamencos, anátidas, fochas y limícolas que se afanan en alimentarse en las someras y nutritivas aguas del embalse de Poniente que en esta época del año, y a juzgar por la cantidad de aves acuáticas allí presentes, debe de estar repleto de pulga de agua y de otros invertebrados acuáticos.

Continuamos camino hasta la torre de Poniente, desde allí tenemos una magnífica visión de la diversidad ornitológica que acoge El Hondo. En primera línea, en zonas inundadas con vegetación al menos dos centenares de ruidosas cigüeñuelas. Mas adelante, en las orillas libres de vegetación del embalse, centenares de limícolas vuelan y picotean incansables. Destacan en número los correlimos comunes y menudos, con más de 150 ejemplares,  llegan con avefrías, archibebes comunes, claros e incluso un archibebe oscuro. Además algunos ejemplares de aguja colinegra, combatiente, avoceta, chorlitejo grande y patinegro. Sumándose un bonito bando de 17 chorlitos grises. Ya en la lámina de agua, varios miles de flamencos, patos cuchara y fochas comunes, como las especies más abundantes, además de tarros blancos, bastantes cercetas comunes y algunos ánades rabudos. Como colofón a las observaciones desde la torre, vemos una pareja de zorros que con su precioso pelaje invernal, corretean alegres entre el saladar, ajenos a nuestras miradas y al odio irracional de algunos de nuestros congéneres.

Más adelante, junto al observatorio del Tollo, mientras miramos el fondo del vertedero nos sobrevuela a escasos metros un águila moteada que debía de estar posada en los eucaliptos cercanos. Continuamos camino hasta la torre de Fort Apache, donde podemos ver centenares de anátidas en el embalse de Levante, la mayor parte patos cucharas, aunque la lejanía y el contraluz de esa hora de la mañana no facilitan la observación. Durante años este embalse se ha encontrado completamente ausente de aves acuáticas a causa de los altos niveles del agua, su desecación este verano y los bajos niveles que se mantienen le han favorecido sin duda.

La hora del cierre llega como un suspiro y debemos dirigirnos a la salida, con la satisfacción de haber disfrutado durante  unas horas del espectáculo de la NATURALEZA, con mayúsculas.

Texto: Sergio Arroyo Morcillo

Fotos: Gaspar Belmonte

 

 

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