Día mundial de los humedales. De Ramsar a Agua Amarga

Por Miguel Ángel Pavón García

Saladar de Aguamarga con la sierra Aitana al fondo nevada (J. Ramos)

49 años después de aprobarse un 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar la Convención de su mismo nombre, relativa a los humedales de importancia internacional, especialmente como hábitats de aves acuáticas, continúa celebrándose cada 2 de febrero el día mundial de estos ecosistemas, cuya adecuada conservación es fundamental para el mantenimiento de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático y sus consecuencias. España suscribió la Convención en 1982, hace ya 38 años.

El territorio alicantino ofrece una amplia representación de estos ecosistemas, protegidos a través de diversas figuras, desde parques naturales que además tienen protección internacional como humedales Ramsar y protección europea como zonas de especial conservación y de especial protección para las aves, como la triada del sur de Alicante (Salinas de Santa Pola – El Hondo – Lagunas de La Mata y Torrevieja), hasta parajes naturales municipales como el Clot de Galvany, que también tiene protección europea, pasando por el catálogo de zonas húmedas de la Comunidad Valenciana, aprobado en 2002, hace ya 18 años, por la Generalitat, un documento en el que se incorporaron muchos humedales alicantinos gracias a las alegaciones que presentamos desde Amigos de los Humedales del Sur de Alicante, que ya contamos con un cuarto de siglo de trayectoria, y desde otros colectivos comprometidos con la defensa de los humedales, como Ecologistas en Acción.

Celebración del día de mundial las zonas húmedas en el saladar de Aguamarga en 2019

Un catálogo que, aunque incompleto, supuso un gran paso en la protección de nuestras zonas húmedas, protegiendo por primera vez el principal humedal de la ciudad de Alicante, compartido con la vecina ciudad de Elche, el Saladar de Agua Amarga. Pero dejando sin catalogación otros humedales de la provincia, como la Albufera de Gaianes, la desembocadura del río Seco o Monnegre o de barrancos como el de las Ovejas o el de Agua Amarga, las lagunas de Rabassa, el Saladar de Fontcalent, el Saladar de San Isidro o el embalse de La Pedrera, entre otros espacios.

Ahora se anuncia como inminente una ampliación del catálogo que va a incluir algunos de esos espacios cuya inclusión hemos venido reclamando históricamente, como la Albufera de Gaianes, la desembocadura del río Seco o el embalse de La Pedrera, pero siguen sin incluirse, de forma incomprensible pese a los casi cinco años de gobiernos del Botànic, humedales sometidos a fuertes presiones urbanísticas como las lagunas de Rabassa.

Flamencos en el saladar de Aguamarga (J. Ramos)

Este año el día mundial de los humedales se dedica a la biodiversidad, una biodiversidad amenazada en espacios como el Saladar de Agua Amarga, en el que hemos constatado la nidificación, entre otras muchas especies de aves, de la Cerceta pardilla, una de las joyas faunísticas en peligro de extinción que acoge el sur de la provincia de Alicante.

Amenazas que provienen de la obcecación del ahora Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en construir una segunda pista para el aeropuerto de Alicante-Elche literalmente sobre el Saladar. También del incumplimiento reiterado por parte del ahora Ministerio de Transición Ecológica, del que depende la Mancomunidad de Canales del Taibilla, a la hora de mantener unos mínimos niveles de agua en el Saladar, incumpliendo las medidas correctoras que estableció la declaración de impacto ambiental de las desaladoras de Alicante para evitar la desecación del humedal que provocan las extracciones de agua de los pozos que alimentan las desaladoras.

Saladar de Aguamarga (J. Ramos)

O también de un proyecto de ese mismo Ministerio de Transición Ecológica para actuar sobre las dunas de Agua Amarga, que forman parte del humedal catalogado del Saladar, de forma agresiva, con mucho asfalto, mucho aparcamiento y elementos innecesarios como dunas artificiales, paseos marítimos y pasarelas. Y para completar el listado de amenazas, un absurdo camping en término de Alicante que llaman “ecológico” sobre 110.000 metros cuadrados del entorno de protección del Saladar con una capacidad para alojar a casi 1.400 personas en 30 bungalows y 378 parcelas, un complejo turístico que incluso cuenta con una discoteca. Hemos alegado ante la Generalitat contra este despropósito urbanístico, territorial, ambiental y paisajístico, que esperamos que en ningún caso se termine autorizando.

Frente a esas amenazas saludamos como una iniciativa positiva de la Generalitat el programa del paisaje del PATIVEL del tramo Alicante-Elche, que apuesta decididamente por la conservación y puesta en valor de este humedal y de otros cercanos como el Fondet de la Senieta y el Clot de Galvany, proponiendo medidas valientes como el cierre al tráfico de la carretera de Urbanova y Arenales, reordenando el actual sistema de accesos a ambos núcleos urbanos, o como la conexión ecológica y paisajística del sistema Agua Amarga-Fondet-Clot con las Salinas de Santa Pola.

Chorlitos dorados en el saladar de Aguamarga (J. Ramos)

El Saladar ha sobrevivido hasta el momento a muchos intentos de urbanización y destrucción desde el abandono de su explotación salinera en 1969, y deben tomarse medidas desde todas las administraciones competentes para garantizar esa supervivencia en el futuro revirtiendo planes y proyectos agresivos, asegurando sus niveles hídricos y estableciendo una infraestructura de uso público que permita el disfrute ordenado de este espacio litoral. Está protegido en el catálogo desde 2002, pero siguen pendientes su declaración parcial como paraje natural municipal, promovida desde el Ayuntamiento de Alicante en la pasada legislatura, o la aprobación por el Ayuntamiento del Catálogo de Protecciones de Alicante que se elaboró en la anterior legislatura, que dedica en su sección de patrimonio natural una ficha específica al Saladar, así como a otros humedales de la ciudad de Alicante, incluidas las lagunas de Rabassa.

El cambio climático ha aumentado además el carácter como espacios de riesgo de los humedales litorales. Si ya el PATRICOVA los incluye en su inmensa mayoría como espacios sometidos a importantes riesgos de inundación que quedaron muy patentes con la DANA de septiembre, el previsible aumento del nivel del mar y, sobre todo, los oleajes más invasivos como los generados por la tormenta “Gloria”, pueden alterar en los próximos años su actual configuración, alteraciones que deben contemplarse como posibles escenarios por el PATIVEL.

Correlimos tridáctilos en la costa de Aguamarga (J. Ramos)

En el caso del Saladar no es descartable que finalmente el mar, a medio o largo plazo, rompa o sobrepase de forma natural el cordón dunar y la actual carretera de Urbanova e invada parcialmente el lecho del humedal. Es un escenario plausible que habrá que tener en cuenta en las actuaciones que se planifiquen en este entorno. Un escenario que, de confirmarse, supondrá una etapa más en la historia de una zona húmeda litoral que debemos legar a las próximas generaciones en el mejor estado posible. Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación si realmente apostamos por la sostenibilidad y por la protección de nuestro patrimonio natural.

Tribuna publicada en el diario INFORMACIÓN el 3 de febrero de 2020

 

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