El pequeño tamaño de la Isla de Tabarca, nos permite realizar un completo recorrido en unas pocas horas. A continuación describiremos un itinerario, donde el orden y la dirección están establecidos sobre todo para disponer de las mejores condiciones de luz, evitando en lo posible los contraluces, teniendo siempre en cuenta que comenzamos por la mañana.
El itinerario comienza en el puerto, nada más bajar del barco: Entramos en el pueblo y nos dirigimos por la calle que bordea la muralla norte hasta la Plaza de la Iglesia, donde hay un pequeño grupo de palmeras datileras y otros árboles; en esta zona podemos encontrar especies interesantes de paseriformes.
A continuación, nos dirigimos a la parte de la muralla situada a la izquierda del Portal de La Cantera, desde donde podemos obtener una buena vista del islote de mismo nombre, desde allí podremos observar importantes concentraciones de gaviotas y charranes, además de ser el mejor lugar de la isla para observar limícolas. Este islote es generalmente muy tranquilo, ya que el estrecho canal que le separa del resto de la isla esta alfombrado de algas resbaladizas, que le resguarda de visitas inoportunas; no obstante, durante la primavera y el verano es usual la presencia de pescadores de caña por lo que recomendamos durante esa época, una primera y rápida ojeada antes de que alguien pase al islote espantando a las aves que allí descansan.
Seguiremos bordeando el pueblo por el lado sur de la muralla, estando atentos a la zona costera así como a los escasos espacios con vegetación que hay en esta parte, como por ejemplo la zona situada tras la Casa del Gobernador. Saliendo del pueblo, atravesamos la playa que une el pueblo con el Campo, y nos dirigimos hacia la Torre de San José; en el momento que subimos el repecho desde la playa, encontramos la típica vegetación del campo de la Isla, con abundantes plantas y gramíneas, y salpicadas de arbustos. En el lado sur, a poca distancia de la costa se encuentra el islote de La Galera y varios escollos en sus inmediaciones que pueden deparar alguna observación interesante.
La prospección del Campo, con sus grupos de paleras e intrincados arbustos, requiere una gran atención y rapidez para identificar los pajarillos que por allí pululan, recorriendo en zig-zag para cubrir la mayor parte de terreno, asomándonos de vez en cuando al borde del mar. Así, llegamos a Punta Falcó, el punto más al este de la Isla, un excelente lugar para observar aves marinas: Frente a ésta, se encuentra el islote de La Nao, donde podemos observar durante todo el año al Cormorán moñudo y durante el invierno al Cormorán grande. Desde Punta Falcó, rastreando con atención la zona marítima que se extiende ante nosotros, podremos disfrutar de interesantes observaciones de alcatraces, pardelas, págalos o alcas. La gran distancia a la que suelen pasar estas aves (generalmente por detrás de La Nao) hace indispensable la utilización de un telescopio.
De vuelta al puerto, iremos por el sendero que bordea la costa norte, fijándonos tanto en la orilla rocosa –en ocasiones se encuentra algún limícola-, como en los herbazales que quedan a nuestra izquierda, donde son frecuentes los aláudidos, bisbitas y otros paseriformes típicos de zonas abiertas.
Por último, la visita a Tabarca nos ofrece la posibilidad de observar a poca distancia el espectaculo de cientos de aves alimentándose del descarte de los arrastreros, ya que la llegada de estos barcos al atardecer hace que sea más posible coincidir con ellos durante el invierno.
Texto: Jacobo Rámos Sánchez y Sergio Arroyo Morcillo