Crónica de la visita de AHSA al Hondo

Pasarela del saladar del embalse de Poniente. (M. López)
Pasarela del saladar del embalse de Poniente. (M. López)

La primera salida al campo de AHSA en 2025 ha sido a los embalses de Riegos de Levante en el Parque Natural de El Hondo. Una despejada y fresca mañana hondeña, con 3º de temperatura, nos da la bienvenida. Recientemente el Parque Natural ha limitado a 10 las plazas que puede reservar un grupo para visitar esta zona del Parque, por lo que lamentablemente algunas personas no han podido asistir. Aunque no hubo grande observaciones ornitológicas pudimos disfrutar del paseo entre la quietud e inmensidad de los embalses, olvidando durante  las 3 horas que duró la visita que nos encontramos en un área periurbana rodeada de ciudades, industrias, autopistas, carreteras… en fin, del mundo humano.

Zorro trotando alegre por El Hondo (S. Arroyo)
Zorro trotando alegre por El Hondo (S. Arroyo)

Entre las especies observadas destacar el bando de cerca de 200 ánades rabudos que descansaban en las orillas del embalse de Poniente, junto a numerosos tarros blancos que podían superar el medio millar de aves de esta especie. Mas al fondo un bando de flamencos iniciaba los rituales de apareamiento con sus característicos bailes sincronizados. Entre los límicolas destacar un bando de cerca de 50 agujas colinegras y un nutrido grupo de unas 500 avefrías que volaban inquietas por el paso de varios aguiluchos laguneros.

Más adelante frente al observatorio del calamón, donde  un bonito zorro pasa al trote, observamos un  grupo de correlimos menudos y  de Temminck con un mínimo de 14 ejemplares de esta última especie que picoteaban las orillas limosas y que con su carácter inquieto y huidizo volaban de un lado para otro. En las zonas más secas, 4 chorlitejos chicos hacían lo propio con sus características carreritas. 

Correlimos de temminck y menudos en El Hondo (S. Arroyo)
Correlimos de Temminck y menudos en El Hondo (S. Arroyo)

Las estrellas invernales de El Hondo, las águilas moteadas, no hicieron su aparición, o al menos ninguna persona del grupo las vio. Desde la torre de la charca Norte y con el típico contraluz de las mañanas, observamos varios centenares de patos que a duras penas identificamos como cucharas y porrones comunes.

Apurando el tiempo al máximo, volvemos a la puerta norte desde donde observamos varias águilas calzadas  que ciclean lejanas aprovechando las térmicas del cercano mediodía.

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