El sábado pasado organizamos, un año más, la visita de AHSA al complejo lagunar de Pétrola – Corral Rubio. Empezamos con la mañana nublada en la antigua estación de Bonete, donde disfrutamos de la observación de varios ejemplares de avutarda (5-6 machos) y hasta 5 bonitos machos de sisón haciendo vuelos y sacando pecho en clara actitud de cortejo. Éstos se encontraban en un gran bancal que estaba en barbecho, un cartel indicaba que formaba parte de las medidas agroambientales por la instalación de las placas solares que cubren cerca de 300 hectáreas en las lomas que bordean está zona cerealística. Una verdadera salvajada. Junto a la vía del tren un ratonero muerto, probablemente electrocutado con la catenaria. En la lejanía otro ratonero posado en un poste eléctrico. La línea eléctrica del tren debe de tener más impacto del que imaginamos, hace unos años en otra salida de AHSA vimos un aguilucho lagunero muerto en las vías del tren junto a la laguna del Salobrejo.
Siguiente parada los campos del entorno de El Bachiller, aldea entre Bonete y Corral-Rubio, mas avutardas junto al camino que desciende hasta la hondonada que hay a los pies del otero donde se encuentra esta pequeña localidad. 4 machos que pasean con su habitual parsimonia y más allá un macho solitario y ocultas entre el cereal aparecen 4 hembras. Desde la lejanía llegan dos buitres leonados que nos sobrevuelan y siguen su camino hacia el este.
Continuamos hacia Corral – Rubio, donde sus lagunas están completamente secas, solamente aguantan los laguneros que nidifican en el exiguo carrizal de éstas. Apenas un avefría que levanta el vuelo. En los bancales del entorno vuelan las pagazas piconegras. La escasa lluvia de los últimos meses y los pozos de riego las han dejado exhaustas. Salimos por el camino de las Anorias hacia la laguna de Pétrola, cuando a unos centenares de metros se levanta un grupo de más de una veintena de avutardas que se posan un par de kilómetros más adelante. Continuando el camino las volveremos a ver asomando en la cima de una loma, así como una bonita águila culebrera que campea por los sembrados. Al igual que las otras lagunas de Corral Rubio, la de la casa del Palomar, también está seca, solamente hay agua en la balsa de riego que hay junto a la casa y donde una pagaza piconegra lanza continuos picados sobre el agua, ajena a nuestra cercanía.
Llegamos a la hora de comer a la laguna de Pétrola que está con los niveles de agua muy bajos, dejando al descubierto un camino que casi atraviesa la laguna y por el que cruzan varios ciclistas. Nos instalamos a comer en una pequeña loma que ofrece una buena panorámica de la laguna y de las islas donde ya están nidificando centenares de gaviotas reidoras con algunos grupos de pagaza que sestean en las orillas sin vegetación, también lo hace un grupo de c. 200 flamencos junto a una de las islas, con aparente poca actividad reproductora. Frente a nosotros planean 3 milanos negros y un cuervo que prefiera cambiar de aires tras nuestra llegada. En la isleta y las orillas varias decenas de azulones, más de 20 ánades frisos y algunos tarros blancos. De vez en cuando aparece alguno de los miembros de una pareja de aguilucho lagunero que entra y sale de una mancha de carrizal que hay frente a nosotros.
Despachado el almuerzo, recorremos el camino perimetral de la laguna ofreciéndonos vistas diferentes de la laguna y un bonito encinar con algunos ejemplares verdaderamente excepcionales por su tamaño. Aparte de un par de decenas de avefrías y un grupo de abejarucos con algunos de ellos posados sobre un desmonte donde podrían tener sus nidos no observamos nuevas especies de aves.
Comienza a llover y seguimos hacia la laguna del Saladar, donde los niveles son un poco más bajos de lo habitual, aunque no impide que haya un buen número de aves acuáticas, siendo las fochas las mas numerosas, aparte de porrones, azulones, patos colorados, zampullines chico y cuellinegro y cerca de una docena de malvasías cabeciblancas. Mientras estamos observando las aves, la lluvia aprieta y el resguardo de los altos pinos de la orilla no llegan a resguardarnos de ella. La siguiente parada prevista era la laguna del Salobrejo, pero tal y como pinta el cielo más allá de Corral – Rubio, decidimos disolvernos pacíficamente hasta mejor ocasión.
Texto: Sergio Arroyo Morcillo