El pasado sábado 14 de abril visitamos el complejo lagunar de Pétrola- Corral Rubio. A la cita en la gasolinera de Orito acudimos Francis, Gregorio, Kika, Neus y yo. Distribuidos en un par de coches llegamos en poco mas de una hora a Bonete, que a esa hora medio cubre un banco de niebla que afortunadamente acaba disipándose. Comenzamos por repasar la extensa finca que se extiende desde la antigua estación del pueblo. Desde allí pudimos ver las primeras avutardas, alguno de los machos, inmersos en el cortejo nupcial, formaba una gran bola blanca, y grupos de hembras marchaban por el todavía incipiente cereal, apartándose prudentemente de los intrusos. Mientras observamos las avutardas escuchamos el característico reclamo de un pequeño bando de unas 6 gangas que nos sobrevuela en varias ocasiones sin saber muy bien hacia donde se dirigen, pudiendo disfrutar del contrastado plumaje de estos potentes voladores.
Un ratonero aletea entre el cereal y al cabo de un rato logra salir con una pequeña presa que despacha en breves momentos posado en un poste eléctrico, mas allá de la carretera reposan tranquilamente 4 alcaravanes en un erial. Los pajarillos son abundantes, un gran bando de al menos un centenar de jilgueros y pardillos basculan entre los barbechos y las viejas acacias de la vía del tren, calandrias, cogujadas y alondras cantan y vuelan sobre los campos.
La mañana avanza y nuestra agenda es apretada, continuamos camino hasta la zona del Bachiller, donde circulamos con el coche por los caminos de la zona, con más avutardas y un solitario macho de sisón en el borde de un bancal. Nuestra siguiente parada en la charca anterior a Corral – Rubio,nos depara la observación de patos cucharas, azulones, tarros blancos, algunos ánades frisos, unos pocos flamencos, fochas que pastan por los cultivos del entorno, la pareja de aguiluchos laguneros patrullando el entorno de la laguna, una pareja de gaviota cabecinegra que se baña en la laguna, unas pocas pagazas piconegras picoteando sobre los labrantíos y alguna descansando en las orillas. La sección de limícolas se reduce a avocetas, cigüeñuelas y algunas parejas de avefrías en los praditos cercanos, pese a la abundancia de barrillos en las orillas.
Cuando estamos maniobrando con el coche para seguir camino, observamos sobre los cerros del otro lado de la carretera, un águila de buen tamaño que es acosada por una corneja. La sorpresa del día, o del mes: un inmaduro de águila imperial, con el plumaje todavía de color pardo claro, nos da la posibilidad de observarlo y hacerle algunas fotos, aunque ya alto y a contraluz. Ciclea por la zona antes de perderse hacia el sur. Por las encinas vemos volar tres rapaces medianas que se posan en las encinas de las lomas cercanas y que no logramos identificar, por el tamaño podrían ser calzadas o ratoneros.
Las charcas de Corral- Rubio realmente pobres, destacando un chorlitejo patinegro, un archibebe común y la pareja de laguneros que entran y salen del exiguo carrizal de estas charcas. Hacemos el camino hasta Pétrola por pistas entre cultivos y observando algunas de las charquitas que jalonan el camino, sin ninguna novedad respecto a lo observado hasta el momento.
Llegamos a la laguna de Pétrola y nos instalamos en el promontorio para dar cuenta del almuerzo mientras nos acompaña la algarabía del millar largo de gaviotas reidoras que ya están instaladas en la isla, aunque aparentemente sin nidos todavía. El ruido de fondo de la colonia de reidoras se ve acrecentado como un rugido, con desbandada generalizada cuando los laguneros se aproximan demasiado a la colonia. Un par de centenares de flamencos descansan en la isla con poca pasión reproductora, un poco mas allá un pequeño grupo realiza bailoteos nupciales. El año pasado por estas fechas ya tenían decenas de nidos construidos y algunos ejemplares incubando. En los cultivos labrados del entorno las pagazas piconegras incansables van y vienen con su vuelo ligero a la caza de pequeños insectos, con su insistente reclamo. Mientras decidimos por donde seguimos, un águila pescadora sobrevuela la laguna. Es destacable la práctica ausencia de anátidas en la laguna.
La última parada antes de la vuelta a Alicante es para la laguna del Salobrejo, como siempre magnífica, con al menos 8-10 malvasias, zampullines cuellinegros, zampullines chicos, porrones comunes, mas cucharas, frisos, tarros y azulones. 2 o 3 parejas de laguneros y un raquítico zorro que se interna en los chaparros entre decenas de conejos que simplemente le ignoran. Una pequeña muestra de limícolas frecuenta las cercanas orillas, andarríos bastardo, archibebe común, andarrios chico y chorlitejo chico. Con ello damos terminada esta estupenda jornada.
Texto S. Arroyo