Visita a las salinas de Santa Pola
Ayer dimos nuestro particular adiós al verano con una visita a las salinas de Santa Pola, aunque en lo que se refiere a temperaturas parece que se resiste a irse. A la cita vespertina en La Marina acudimos 10 personas, (aunque posteriormente se unieron al grupo 4 más ) aunque todavía el sol pegaba fuerte, la brisa en las salinas hacia agradable el paseo.
Al comenzar el recorrido por el camino que bordea el azarbe Ancho, ya pudimos ver cicleando sobre nosotros un águila calzada y varios aguiluchos laguneros, grupos de agujas colinegras, avocetas y cigüeñuelas volaban entre el coto de Agulló y las salinas de Bonmatí. Más allá, hacia Santa Fe lo hacía un nutrido grupo de al menos 200 moritos.
La cola de las salinas de Bonmatí, inundadas por las lluvias de la semana pasada, no había atraído a los limícolas esperados, parece que habían preferido quedarse en las charcas más cercanas a la carretera. Al otro lado del azarbe, en los escasos huecos entre el denso carrizo que bordea el coto de Agulló pudimos detectar al menos 6 malvasias cabeciblancas (3 machos y 3 hembras) y una garceta grande. De allí salió un grupo de poco menos de un centenar de porrones comunes, dieron varias vueltas antes de volver a meterse en Agulló.
En las viejas motas de ese sector de las salinas varias garzas reales dormitaban al sol de la tarde y encontramos un surtido de aves acuáticas, más lejos de lo deseable, con algunos ejemplares de correlimos comunes, menudos, archibebes comunes y claros, tarros blancos, andarríos chico, chorlitejos patinegros, chorlitejos grandes y más agujas colinegras, avocetas y cigüeñuelas. En un momento dado, por el paso de alguna rapaz u algún otro motivo, provoca que se levanten centenares de avocetas, gaviotas picofinas y agujas colinegras, ofreciendo un magnífico espectáculo.
Más allá un cisne negro se movía entre un gran grupo de flamencos y un águila pescadora se dirige a uno de sus habituales posaderos en una de las torres del tendido eléctrico.
Poco a poco el sol se oculta tras la barrera de carrizo de Agulló y marca la hora de retirada. Ya medio oscurecido, dos martinetes se adentran en las salinas a comenzar su jornada.
Texto y fotos: Sergio Arroyo
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