Esta mañana pajareando por las salinas de Santa Pola, he recogido una bolsa de plástico enganchada a un arbusto del saladar, para evitar que como muchas otras acabe en los charcones salineros o en el mar; sin embargo me ha llamado la atención el texto que llevaba impreso: Necesitas está bolsa? La bolsa de la cadena DECATHLON aseguraba que el material era reciclado 100%, que se abonaba el coste de la misma para la realización de actividades ambientales de los trabajadores de la empresa, todo muy en la línea de tranquilizar la conciencia ecológica (el que la tenga) del comprador de bolsas de plástico.
Lo sorprendente es que esta estrategia comercial viene avalada por la Fundación Biodiversidad una entidad dependiente del Ministerio de Medio Ambiente que tiene como objetivo la conservación de los ecosistemas a través de la financiación de proyectos de carácter ambiental. A estas alturas del deterioro planetario causado por el masivo uso de plásticos, que el Gobierno de España, no solamente no legisle adecuadamente para intentar mitigar los efectos causados por éste, sino que además venda la imagen y el prestigio de la Fundación Biodiversidad uniéndolo a la utilización de un artículo como las bolsas de plástico, que están contribuyendo de forma decisiva a la degradación de los ecosistemas, nos revela una absoluta falta de escrúpulos o un preocupante alejamiento de la realidad que vive nuestro planeta. En ambos casos nos indica que esto no va bien.
Texto y fotos: Sergio Arroyo