Centenares de profesionales del desarrollo científico han pedido, a través de una carta abierta, a la Unión Europea que no reduzca los controles existentes de la protección de la biodiversidad, ni siquiera para acelerar el despliegue de las energías renovables.
La Comisión Europea, a petición del Consejo Europeo, presentó el 9 de noviembre de 2022 al Consejo de la Unión Europea una propuesta de reglamento para acelerar el despliegue de las energías renovables (COM/2022/591/final), propuesta que modifica el régimen de la prohibición del deterioro de los ecosistemas.
La normativa actual prohíbe el deterioro de las especies, los hábitats y lugares de la red Natura 2000, así como el estado de las aguas superficiales y subterráneas. Prohibiciones que tienen unas contadas y estrictas excepciones (artículo 6.4 Directiva 92/43 y artículo 9.1.a Directiva 2009/147 y artículo 4.7 Directiva 2000/60).
Esta presunción rompe el carácter estricto que estas excepciones tienen y por tanto facilita el deterioro de los ecosistemas a través de la ficción jurídica de presumir una realidad sin necesidad de probarla.
La principal razón que desaconseja esta medida es que la ciencia ha demostrado que, incluso con las medidas de protección existentes, no se ha logrado detener el deterioro en términos de destrucción masiva de biodiversidad (ipbes.net y eea.europa.eu). Necesitamos aplicar de manera estricta la prohibición del deterioro y ampliar la protección con nuevas medidas adicionales.
Las personas que trabajan para aumentar el conocimiento científico y aplicarlo en las políticas públicas llaman la atención sobre la responsabilidad intergeneracional que tenemos como sociedad y la necesidad imperiosa de no dar ningún paso atrás en la protección de la biodiversidad, ni siquiera para el despliegue de las energías renovables. No debemos proteger un bien dañando otro.
La implantación de las energías renovables puede llevarse a cabo sin poner en peligro la biodiversidad.