DÍA DE LOS HUMEDALES

Columna de nuestro compañero de AHSA y concejal portavoz de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Alicante, Miguel Ángel Pavón, sobre la situación de las zonas húmedas en la ciudad de Alicante, publicado en el periódico INFORMACIÓN.

Lagunas de Rabasa (M. Pavón)
Lagunas de Rabasa (M. Pavón)

 

Hoy es el Día Mundial de los Humedales, que la convención internacional de protección de zonas húmedas de Ramsar, a la que España está adherida desde 1982, celebra bajo el lema «Humedales para nuestro futuro». Pero negro futuro le espera a los humedales de la ciudad de Alicante si los proyectos urbanísticos y de infraestructuras que les afectan no se modifican o, directamente, como en el caso de la ATE de Ikea, no se descartan.

Las lagunas de Rabassa corren el riesgo de convertirse en un simple parque periurbano -zona verde de una gran superficie comercial rodeada de asfalto- si prospera en la Generalitat el último intento de pelotazo especulativo de Enrique Ortiz en el ámbito del Plan Rabassa: la actuación territorial estratégica (ATE) vinculada a la llegada de una tienda de Ikea acompañada por una macrosuperficie comercial que es la pesadilla del pequeño comercio de Alicante y su área metropolitana. Desde EU trasladamos al pleno del pasado miércoles una declaración institucional para que el Ayuntamiento pidiera a la Generalitat suspender la tramitación de la ATE mientras el presunto amaño del Plan Rabassa se investiga en los tribunales e incluir las lagunas en el catálogo valenciano de zonas húmedas. Pero PP y UPyD votaron en contra de ambas peticiones, situándose del lado de la especulación y de la insostenibilidad.

La inclusión de las lagunas en el catálogo, que diversas asociaciones ecologistas y conservacionistas llevan pidiendo desde 1998 y que EU también ha pedido, sería un impedimento de primer orden para los planes de Ortiz en Rabassa, al suponer no sólo su protección como espacio natural, sino también el establecimiento de un perímetro de protección de 500 metros a su alrededor que haría inviable situar junto a las lagunas el macrocentro comercial que promueve el presunto corruptor del caso Brugal. Por eso seguramente la Generalitat ha bloqueado que las lagunas se cataloguen pese a las más de 70 especies de aves vinculadas al humedal o a la presencia de un reptil protegido, el galápago leproso.

Otro plan urbanístico bajo sospecha, la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), condena a la desaparición a otro humedal de la ciudad, las lagunas de Fontcalent, situadas al pie de la sierra del mismo nombre. Un nuevo polígono industrial extendido entre el del Pla de la Vallonga y El Rebolledo acabaría con ellas cuando lo que el nuevo PGOU debería contemplar sería su protección junto a la sierra y junto al saladar de Fontcalent dentro de un espacio natural que bien podría configurarse como el primer paisaje protegido de la ciudad bajo el nombre de Fontcalent. Por cierto que ni las lagunas ni el saladar de Fontcalent figuran en el incompleto catálogo valenciano de humedales, en el que deberían figurar junto a las lagunas de Rabassa, algo a lo que el PP municipal también se ha opuesto en el pleno rechazando sendas declaraciones institucionales de EU en la legislatura que ya acaba.

Y así llegamos al Saladar de Agua Amarga, el único humedal de la ciudad -compartido con la vecina ciudad de Elche- catalogado por la Generalitat, en el que ha nidificado una especie de ave acuática en peligro de extinción, la cerceta pardilla, y con cuyos terrenos la revisión del PGOU también ha intentado especular a través de la figura de los parques públicos naturales – que no parques naturales, no confundir – asignando al Saladar aprovechamientos urbanísticos que se materializarían en otras zonas de la ciudad y que podrían beneficiar los intereses de Enrique Ortiz.

Pero queremos destacar la amenaza que siguen suponiendo dos infraestructuras cercanas al Saladar: la segunda pista del aeropuerto de El Altet, cuyo proyecto prevé ocupar parte del humedal, y la desaladora de Agua Amarga, ya construida y en funcionamiento y cuyo sistema de captación de agua mediante pozos ha desecado la zona húmeda al «hundir» la cota del acuífero subyacente. Descartar el trazado previsto para esa segunda pista y sustituir los pozos de la desaladora por un sistema de captación de agua marina en superficie son dos medidas vitales para garantizar la conservación del Saladar que EU seguirá proponiendo en el ciclo político de cambio que se avecina tras las próximas citas electorales. Un ciclo que tiene que garantizar el futuro de nuestros humedales.

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