COLECTIVOS ECOLOGISTAS Y VECINALES HAN ALEGADO EN CONTRA DE 17 DE LOS 25 PROYECTOS PRESENTADOS EN LOS ÚLTIMOS 18 MESES
Desde colectivos ecologistas y vecinales de la Vega Baja estamos preocupados por la avalancha de proyectos de plantas solares que se plantean en la comarca, ocupando terrenos agrícolas y forestales en el entorno de espacios valiosos como Sierra Escalona, el Hoyo Serrano e incluso la Huerta Tradicional, una ocupación que de momento alcanza en torno a 1.000 hectáreas y que supondría un impacto muy negativo sobre el territorio, el paisaje, la biodiversidad, la conectividad ecológica y la actividad agrícola tradicional.
Desde colectivos ecologistas y vecinales de la Vega Baja estamos preocupados por la avalancha de proyectos de plantas solares que se plantean en la comarca, ocupando terrenos agrícolas y forestales en el entorno de espacios valiosos como Sierra Escalona, el Hoyo Serrano e incluso la Huerta Tradicional, una ocupación que de momento alcanza en torno a 1.000 hectáreas y que supondría un impacto muy negativo sobre el territorio, el paisaje, la biodiversidad, la conectividad ecológica y la actividad agrícola tradicional.
Debería primarse la ocupación de cubiertas de edificaciones sobre la ocupación del suelo no urbanizable, pero la especulación que de nuevo se extiende sobre el suelo no urbanizable, esta vez la especulación del silicio tras la especulación del ladrillo de la pasada burbuja inmobiliaria, no parece tener una respuesta contundente por parte de las administraciones competentes en la protección y ordenación del territorio. Especialmente preocupantes son los proyectos que asedian el entorno de Sierra Escalona, hasta 11 proyectos que aún no se han autorizado y contra los que hemos alegado tanto ante el Ministerio como ante la Generalitat en defensa del mosaico agroforestal característico del entorno afectado: la construcción de esas plantas supondría el arranque de miles y miles de almendros y la roturación de zonas forestales en perjuicio de la conservación de un mosaico agroforestal que es el hábitat de campeo y alimentación de distintas especies de aves rapaces protegidas, como el Búho real, el Águila real o la amenazada Águila perdicera, que se encuentra en peligro de extinción. Hay que luchar contra el cambio climático mediante la implantación de las energías renovables, pero respetando el territorio y el paisaje, el medio natural y agrícola y la biodiversidad de la comarca.
Hay que añadir el impacto de las líneas eléctricas proyectadas para evacuar la energía de las plantas, que cuando tienen un trazado aéreo introducen un impacto muy negativo sobre el paisaje, con torres eléctricas de gran altura, y sobre la avifauna al aumentar el riesgo de colisión y electrocución. Lamentablemente esos tendidos ni siquiera respetan el paisaje protegido de Sierra Escalona y su entorno, o espacios forestales valiosos como la Sierra de Benejúzar, tendidos que incluso atraviesan la comarca pese a que los paneles solares se sitúan en Murcia: es el caso de la planta estatal Rojalinda, cuyo tendido atraviesa durante 23 kilómetros 7 municipios de la comarca, un trazado absurdo que afortunadamente está concitando el rechazo de varios ayuntamientos y del propio Consell tras la alerta que encendimos desde los colectivos ecologistas que estamos luchando, desde hace ya año y medio, contra la implantación insostenible de las energías renovables en la comarca.