El pasado 17 de diciembre cuando me dirigía por la orilla sur del cauce nuevo del río Segura al espigón de la Gola, a revisar el mar en busca de aves marinas, como alcas, pardelas, negrones o colimbos que hasta hace poco tiempo frecuentaban durante los inviernos estas aguas, eché un vistazo con los prismáticos las aves que descansaban en el exiguo banco de arena que quedó en el cauce nuevo del río tras la DANA de 2019. Entre los habituales cormoranes grandes, algunas garzas y un puñado de gaviotas patiamarillas y reidoras, se encontraba una gaviota del tamaño de las reidoras de un color gris oscuro.
Abandoné de inmediato las intenciones de descubrir los deseados bandos de aves marinas, para ver que era exactamente lo que estaba viendo. Temiendo que abandonara la zona mientras llegaba en coche al otro lado del río, intenté verla mejor desde el muelle pesquero de la Gola, que queda casi enfrente. En esos momentos el cielo se nubló y la gaviota parecía verdaderamente oscura.
Tras observarla con el telescopio y hacerle algunas fotos desde la otra orilla, las evidencias de que se trataba de una gaviota reidora con el plumaje oscuro eran claras. Para cerciorarme e intentar hacer algunas fotos más cerca, di el rodeo para llegar a la otra orilla del río. Las gaviotas reidoras, a menudo miedosas y desconfiadas, me permitieron acercarme y hacerle unas cuantas fotografías y constatar que efectivamente era una gaviota reidora con melanismo en cierto grado.
Una vez en casa consulté en internet y encontré una entrada del blog del Madrid Gull Team en el que hacia referencia a posibles casos de melanismos en gaviotas reidoras.
Texto y fotografías de Sergio Arroyo Morcillo