Estos días comienzan a dar sus primeros vuelos los pollos de gaviota picofina Chroicocephalus genei de la colonia del Pinet, una buena parte de ellos ( 200) llevan una anilla de PVC y otra de metal como recuerdo de haber nacido en El Pinet en la primavera de 2015. Una marca que nos servirá para saber quienes son cuando pasados unos años vuelvan, ya adultos a esta colonia que les vio nacer. De momento, son incansables demandantes de comida tanto a sus progenitores como a cualquier adulto que se acerque.
Su creciente apetito les impulsa a no quedarse esperando a que traigan el alimento y ya comienzan a realizar incursiones en los alrededores en busca de algo que llevarse a la boca, aunque sea la ceba de sus compañeros de generación, pero los padres andan bien atentos y desaniman rápidamente a los autoinvitados con un picotazo de aviso, aunque cuando hay demasiados tienen que llevarse a sus pollos a algún lugar con menos público.
La mayor parte de las cebas parecen estar compuestas de pececillos de pequeño tamaño, tal vez gambusias del Hondo a donde acuden todas las mañanas grupos de picofinas. Aunque no todos se conforman con la dieta de pescado, una picofina logra capturar un pollo de avoceta y huye perseguido por los adultos.
Los charranes comunes ya tienen pollos volantones que incluso se atreven a acompañar a los adultos a pescar en mar abierto, otros menos desarrollados esperan en las motas la llegada del alimento.
Los charranes patinegros han vuelto a las salinas y traen con ellos algunos jóvenes que aguardan pacientes la llegada de sus padres.
La gran cantidad de pollos que hay en la colonia es una oportunidad para los cernícalos que regularmente acuden a cazar entre el alboroto formado por charranes y avocetas que intentan inutilmente evitar que se lleve a alguno de sus pollos.
No muy lejos de allí, en las extensas parcelas de alfalfa de Los Carrizales, un grupo de unos 70 moritos Plegadis falcinellus picotean entre la vegetación, con ellos podemos ver algunos jóvenes del año, fácilmente reconocibles por tener alguna mancha blanca en el cuello y la cara y el pico poco desarrollado todavía.
Con los moritos están las garcillas bueyeras Bubulcus ibis, sus compañeras de colonia, que han venido también acompañadas de los primeros jóvenes del año. Tiempo de primeros vuelos.
Texto y fotografía: Sergio Arroyo
Emocionante, con lo difícil que era antes ver los moritos.