El pasado 12 de mayo Amigos de los Humedales presentó alegaciones contra la segunda fase del denominado proyecto de «Acondicionamiento y mejora de un tramo del azarbe Palmé en Rojales» que consiste en la renovación del entubado de este azarbe que bordea la antigua carretera de Rojales a Guardamar, en una de las zonas mejor conservadas de la huerta de Rojales.
El proyecto financiado por la Diputación de Alicante tiene su origen en los encharcamientos de cultivos producidos por los problemas de drenaje que presenta este azarbe en episodios de gota fría como el sufrido el pasado 2019. En sus alegaciones AHSA ha pedido que el proyecto debe aprovecharse para recuperar la morfología a cielo abierto, en cajero de tierra, de la red de azarbes de la Huerta Tradicional de la Vega Baja. Considerando obligada la revisión del proyecto a la luz de las consecuencias de dicha DANA, ya que este tipo de proyectos son incompatibles con la adecuada conservación y mantenimiento de la red de acequias y azarbes desde la perspectiva de su papel como elementos estructurantes del drenaje de las avenidas de aguas torrenciales, un objetivo que consideramos que deben compartir todas las administraciones públicas con competencias en el gran espacio inundable asociado a la Huerta Tradicional de la Vega Baja.
Los ecologistas consideran que el entubamiento y relleno de azarbes y acequias, como los que el proyecto plantea mantener para el azarbe Palmé, deben ser prácticas a desterrar por completo al suponer una brutal reducción de su capacidad drenante, que debe como mínimo mantenerse, e incluso incrementarse con un aumento de su sección útil, evitándose además otro tipo de obras duras como su hormigonado en favor del mantenimiento de sus tradicionales márgenes de tierra. Y que no debe destinarse ni un euro de dinero público a este tipo de obras. En cambio, sí se deben apoyar económicamente aquellos proyectos que mantengan y recuperen la configuración tradicional de acequias y azarbes.
Por último AHSA recuerda que la red de acequias y azarbes de la Huerta Tradicional de la Vega Baja juega un papel básico como red drenante de las aguas de avenida que se generan en episodios atmosféricos extremos, cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático, como el de la DANA del mes de septiembre de 2019, que afectó gravemente a la comarca de la Vega Baja.