La población de gaviota cabecinegra Ichthyaetus melanocephalus, ha experimentado un aumento imparable, más acelerado en los últimos diez años. Atrás quedan los inicios como reproductor de la especie en el sur de Alicante en 1998, tiempos en los que observar cabecinegras en nuestros humedales era casi un acontecimiento ornitológico.
En la actualidad la población se sitúa en torno al medio millar de parejas reproductoras, que nidifican principalmente en la laguna de Torrevieja.
Durante la migración postnupcial, principalmente entre agosto y septiembre, a la población autóctona de cabecinegras se le suman centenares de aves procedentes de diversos lugares de Europa, formando congregaciones destacadas donde se recogen los números máximos anuales de individuos.
Los cristalizadores de las salinas de Bonmatí, en el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, es el lugar tradicional donde se producen las concentraciones postnupciales de la especie, reuniendo los números máximos durante las horas centrales del día, donde sestean bajo el sol implacable de agosto. A primera hora de la tarde comienzan a dispersarse, muchas de ellas costeando hacia el sur.
A través del seguimiento de ejemplares marcados con anillas de lectura a distancia, hemos podido conocer el origen de algunas de estas aves migrantes, así se han controlado aves procedentes de Italia, Francia, Bélgica, Hungría, República Checa, Grecia y Ucrania.
En agosto de 2005 se censó en las salinas de Santa Pola un máximo anual de 248 ex. ( Jacobo Ramos y Sergio Arroyo Gaviota cabecinegra en el sur de Alicante en revista La Matruca nº 15), en el agosto de 2017 fue de 3.605 ex. (Jacobo Ramos en Crónica ornitológica de la revista La Matruca nº30), datos que nos ayudan a hacernos una idea de la magnitud del aumento de la presencia de la especie en el sur de Alicante.
En los últimos años la dificultad de acceso a la zona donde sestean a mediodía las gaviotas cabecinegras ha impedido su seguimiento. Aunque se detectaban concentraciones, la distancia a la que se encontraban y la pésima luz que hay a esas horas del día, hacen muy difícil el censo de grandes y compactos bandos de gaviotas.
Todos estos años hacíamos elucubraciones sobre a donde se dirigían las cabecinegras tras estas concentraciones, parece que finalmente hemos encontrado la respuesta.
Hace unos días, Fernando García, ornitólogo torrevejense, me contó que había detectado una gran concentración de gaviota cabecinegra al atardecer en la laguna de Torrevieja. El pasado miércoles día 10 visitamos la zona para contar los ejemplares que allí se congregaban. Cuando llegamos, pasadas las 20:00 h, allí no había ni una sola gaviota cabecinegra, apenas un cuarto de hora después empezaron a llegar, en un principio un tímido goteo que se fue fortaleciendo paulatinamente con una entrada sostenida de cabecinegras que se posaban en la orilla de la laguna o en las aguas próximas a éstas.
Ya pasadas las 9:30h con bastante poca luz, pese a la compañía de una luminosa «casi» luna llena, cesó la entrada de ejemplares que llegaron a sumar los 7.500, un número que supera el doble de los máximos censados hasta ahora en las salinas de Santa Pola. Un impresionante espectáculo de estas bellas y elegantes gaviotas.
Texto: Sergio Arroyo Morcillo