El sábado 18 de febrero repetimos la visita al mar Menor, tras la frustrada convocatoria del mes de octubre anterior, que tuvimos que suspender a causa de la lluvia. En esta ocasión nos lució un magnífico sol de invierno que nos acompañó durante toda la jornada. Como teníamos previsto, recorrimos la mota que separa las salinas de San Pedro del Pinatar del mar Menor y que transcurre desde la pedanía de Lo Pagan a la zona de Las Encañizadas, punto donde se comunica el mar Menor con el Mediterráneo.
En el recorrido pudimos observar las típicas especies de medios salinos que recalan en los charcones salineros, flamencos, tarros blancos, gaviotas picofinas y un bonito grupo de unos 300 zampullines cuellinegros, algunos de los cuales comenzaban a lucir el dorado antifaz de su plumaje nupcial. Otras aves como correlimos tridáctilos, chorlitejos grandes o cigüeñuelas vadeaban las orillas y se mostraban especialmente confiados, con lo que pudimos disfrutar a una corta distancia de su observación.
En la zona de Las Encañizadas, el nivel de las aguas era muy bajo, quizá por efecto de las llamadas minvas de enero, que hacen retroceder las aguas del mediterráneo varios metros, por lo que los nutridos bandos de limícolas que picoteaban en el limo nos quedaban francamente apartados y con un poco de contraluz, debido a la hora en que finalmente llegamos a la zona,. No obstante, pudimos ver una pareja de garcetas grandes, varios zarapitos reales, un bando de 28 chorlitos grises que nos sobrevolaron, algunas garzas reales y correlimos menudos y comunes.
Durante el recorrido nos sobrevolaban abundantes cormoranes grandes, además encontramos varios de ellos muertos en las orillas, seguramente se trataba de ejemplares ahogados en los abundantes trasmallos que están instalados de forma permanente en buena parte del mar Menor. Sobre la mortandad de esta especie comentaros que los compañeros de ANSE han recogido este invierno cerca de 300 ex. muertos por este motivo en todo el mar Menor.
Finalmente de vuelta a Lo Pagan, dimos cuenta de un suculento caldero de mujol, que nos supo a gloria. Tras la sobremesa, decidimos dar un pequeño paseo a la zona costera de las salinas de San Pedro. En cuanto a las aves marinas, solamente destacar el paso de 9 alcatraces, además de algunas gaviotas de audouin, patiamarillas y reidoras. En el charcón que se encuentra junto al aparcamiento, estaban descansando 4 ex. de ánade rabudo en una de las isletas, que con una bonita luz del atardecer nos ofrecieron una última observación para esta jornada.