Pétrola y Corral Rubio (7/4/2012)
Acudir a la zona de pétrola y Corral Rubio a intentar ver avutardas (Otis tarda) es siempre garantía de éxito, aunque sólo sea por los espectaculares paisajes que encuentras.
El viento y el frío nos recibieron al llegar, a pesar del día soleado que nos acompañaba, lo que nos obligó a cubrirnos bién de ropa.Pero la suerte estuvo de nuestra parte porque, ya en nuestra primera parada en unos campos labrados, aparecieron los dos primeros ejemplares de avutarda del viaje mientras cantaban los trigueros, pardillos y jilqueros entre los árboles.
Ya en Corral Rubio, además de las anátidas y limícolas comunes en estas lagunas, un precioso grupo de gangas(Pterocles alchata) se agazapaba en el suelo con un camuflaje casi perfecto.
Más tarde, campeando entre los sembrados, encontramos por fin un buen bando de las huidizas autardas, pudiéndolas observar a placer.
En la laguna de Pétrola ( y con el bocadillo en una mano y los prismáticos en la otra), nos visitan las pagazas piconegras al tiempo que decenas de lavanderas boyeras picoteaban el suelo y los flamencos intentaban descansar en la laguna agitada por el aire.
En definitiva, un precioso día de paisajes y aves singulares, en buena compañía.
Nacimiento del rio Vinalopó (12/5/2012)
Salida fácil de montaña en la que todos pudimos disfrutar del entorno de la sierra de Mariola, con un día espléndido y la primavera en su apogeo.
El recorrido, fácil y suave desde el centro de interpretación, nos codujo primero hasta una fábrica abandonada, donde tenemos el primer contacto con el agua refrescante. Entre árboles canta la oropéndola , el chochín y el ruiseñor, que hacen la caminata entre árboles y siguiendo el cauce del río, más agradable si cabe.
Ya en la Font de la Coveta (uno de los primeros afloramientos del río y que se reconoce comúnmente como nacimiento del Vinalopó), descansamos a la sobra, reponemos fuerzas cogiendo agua y damos buena cuenta de nuestros bocadillos.
Para terminar nos acercamos al castillo de les Torretes donde, nos tumbamos a conversar y disfrutar de la agradabe sensación de estar entre amigos, junto al río y a la sombra de un fornido roble que nos evita el duro sol del mediodía.