Hace unos meses se iniciaron unas obras de transformación agraria que afectaban a varias fincas de Los Carrizales de Elche, junto a la carretera de Vistabella. Al parecer una potente empresa agrícola del campo de Cartagena había adquirido varias fincas en esta zona de Carrizales, aprovechando la crisis en que está inmersa esta zona de la Huerta Tradicional. La escasez de agua de riego, unida a la falta de relevo generacional y al ninguneo de las administraciones ante las iniciativas para poner en pie una agricultura sostenible y rentable, deja a los pequeños propietarios a merced de estas grandes empresas de grandes recursos y escasos escrúpulos.
Comenzaron por derribar las casetas de aperos y los grandes eucaliptos aislados que había en algunas de estas fincas y hacer un montón de leña con ellos para quemarlos. Allanaron toda la superficie, desapareciendo lindes, caminos y escorredores. Tras convertir las 80 ha, de Huerta Tradicional en una planicie, sin obstáculo visual ninguno, la siguiente tarea fue enterrar kilómetros de tuberías de plástico, es difícil de imaginar, en una zona de regadío que no se cultiva por falta de agua, de donde saldrá el agua para rellenar esas enormes tuberías. Lo que si sabemos es que, de momento, hay solicitados varios permisos para construir balsas de riego en Los Carrizales.
Tras la intensa degradación ambiental que sufre el Mar Menor, provocada por la proliferación de regadíos ilegales, sustentados por pozos ilegales y desaladoras ilegales, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), después de años de permisividad, ha decidido empezar a cerrar esos pozos ilegales, la causa de que lleguen toneladas y toneladas de pesticidas y nitratos al Mar Menor.
Nos preguntamos si cundirá el ejemplo y otras empresas del entorno del Mar Menor llegarán con sus millones a comprar los restos del naufragio. Nos preguntamos si la Generalitat Valenciana facilitará la desaparición de este rincón de la Huerta Tradicional, autorizando la construcción de las necesarias balsas de riego para lograr esta transformación de agricultura tradicional a agricultura industrial. Nos preguntamos si la llegada de la agroindustria a Carrizales será la definitiva puntilla que acabará con la cultura del manejo del agua del riego tradicional, con un ecosistema agrario forjado durante siglos por generaciones de agricultores.
Otro golpe en la cara para todos los grupos ambientalistas que se comprometen a trabajar juntos entre pequeñas fincas y grupos ambientalistas para lograr una gestión de la tierra sensata y ecológica.
Una vez más, el dinero ha ganado contra las explotaciones cada vez más pequeñas que ya no se tienen en cuenta.
Todo esto vuelve a suceder cerca de la ya vulnerable zona de El Hondo.
Como si la presión del lobby de la caza no fuera suficiente, también estamos agregando esto con problemas inevitables en el futuro cercano por el uso de fertilizantes y el exprimido irresponsable de las tierras agrícolas.
Ya se pueden ver grandes montículos de estiércol que sin duda afectarán la calidad del agua subterránea con consecuencias catastróficas.
Generalitat Valencia, ¡cuándo abrirás los ojos!
¿Cuándo vas a pararte del mismo lado?
No lo dude, el dinero es supremo pero lamentablemente no se lo puede comer.
¡Tarde o temprano alguien tendrá que responder por esta mala gestión!