El pasado domingo celebramos el día de las aves con la gente de GREMA, Grupo Ecologista Maigmó, junto a la torre del Tamarit en el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, como venimos haciendo desde hace unos pocos de años instalamos mesas con material divulgativo de ambas asociaciones, plantamos telescopios y pasamos la calurosa mañana entre animada charla, miradas a los cielos e incluso hubo momento de subidón ornitológico también. Quizás le sobraron unos cuantos grados de temperatura para ser el perfecto día de las aves.
Desde la estratégica situación frente a Charcolis, el enorme charcón salinero que se extiende tras la Torre del Tamarit, pudimos observar una buena variedad de las aves típicas de esta época del año, algunas todavía en plena migración como las decenas de golondrinas comunes que con un goteo incesante pasaron durante toda la mañana en dirección sur.
En la mota que separa la charca principal descansaba un grupo de espátulas y garcetas comunes a las que se sumaron posteriormente 3 garcetas grandes. Ya sobre la lámina de agua 20-25 charranes patinegros pescaban y descansaban en los postes de la charca, con ellos un solitario fumarel cariblanco. Algunos somormujos lavancos y unas pocas picofinas dispersas, ya que la habitual concentración de picofinas y ardeidas estaba en Canalets, la charca contigua en el lado sur.
En cuanto a los limícolas destacar un bonito, aunque lejano, bando de más de 150 agujas colinegras, grupitos de correlimos y chorlitejos que volaban de aquí para allá y algún archibebe común y vuelvepiedras que nos sobrevuelan más cercanos.
De rapaces tuvimos dos águilas pescadoras descansando y volando alternativamente, que la mañana da para todo. Los ubicuos aguiluchos laguneros más motivados en busca de sustento, vuelan tanto sobre Charcolis como en la vecina Cuadretas, al otro lado de la N-332. Y la sorpresa de la mañana, el vuelo fugaz de un aguilucho macho «tipo pálido» que nos pilla de sorpresa y en seguida cruza en dirección a la costa, apenas un par de fotografías a contraluz que ya en el ordenador y aclarando la imagen, se intuye un collar pálido sobre la cara y cuello más oscuro, lo que cuadra con el plumaje de un aguilucho papialbo de segundo invierno.
El sol aprieta y nos alienta a recoger los bártulos y dar por terminada la actividad. Hasta el año que viene!!!
TEXTO y FOTOS Sergio Arroyo Morcillo