El pasado 13 de abril hicimos la típica visita primaveral a las estepas agrarias y lagunas de las tierras de Pétrola y Corral – Rubio. En esta ocasión acudimos siete amantes de la naturaleza a disfrutar de una jornada de avutardas, rapaces, aves acuáticas y paisajes abiertos de contrastadas tierras rojas con verdes trigales.
Empezamos con una parada en la antigua estación de Bonete, donde podemos observar algunas avutardas en los extensos campos de cereal que se extienden en esta zona. Un par de lejanos aguiluchos laguneros, decenas de calandrias cantando sobre los campos, un ratonero y algunos gorriones molineros que cantaban en las viejas acacias junto a la vía del tren, fue todo lo que nos aportó esta primera parada. Nos dirigimos a la zona del Bachiller en busca de más avutardas y de poder observarlas un poquito mas cerca, en un charco junto a la autovía un par de gorriones chillones beben y se espantan antes de que podamos desenfundar las cámaras. En la zona del Bachiller las avutardas continúan bastante alejadas de los caminos por los que transitamos, es observado un macho de sisón y una pareja de alcaravanes en un campo labrado. En Corral – Rubio la ausencia de lluvias ha dejado todas las charcas completamente secas, solamente algunos laguneros y una hembra de cenizo sobrevuelan las polvorientas charcas secas.
En la carretera de Pétrola, un bonito grupo de avutardas picotea en un campo labrado y nos permite disfrutar durante algunos minutos de un magnifico grupo de 18 machos. Hacemos una breve parada en la charca del Saladar, donde se mantiene la lámina de agua con fochas, porrones, patos colorados y zampullines chicos, algunas cigüeñuelas dormitan al sol y un solitario chorlitejo patinegro corretea por las salitrosas orillas.
Avutardas (S. Arroyo)En la laguna de Pétrola comenzamos por visitar el observatorio, desde donde podemos ver una veintena de combatientes, algunas cigüeñuelas y avocetas y unos pequeños grupos de cercetas comunes, un par de parejas de ánades frisos y de tarros blancos. Los bajos niveles de la laguna han compartimentado la lámina de agua y lo peor es que las islas donde habitualmente nidifican los flamencos, reidoras y pagazas, se han unido a la orilla por lo que afectará de forma importante a la actividad reproductora de este año. Esta situación es el resultado de los bajos niveles unido a la rápida colmatación de la laguna, provocada por el continuo y exhaustivo labrado de su cuenca vertiente, la mayoría parcelas de terrenos arenosos de muy escaso valor agrario, que ni se llegan a cultivar. No se comprende que no se tomen medidas para evitar la degradación de esta magnífica laguna.
Un bando de poco más de 400 flamencos dormitaba en la laguna, las gaviotas reidoras eran bastantes escasas en comparación a otros años y no habían iniciado la construcción de nidos. Las pagazas piconegras con más de 250 ex. se distribuían por motas e isletas, al igual que el resto de especies, mostrando muy escaso instinto reproductor.
En el otero que domina la laguna, mientras almorzamos contemplamos el espléndido paisaje y las levantadas de reidoras y pagazas provocadas por el paso de algún aguilucho lagunero. Nuestra siguiente etapa nos lleva a la laguna del Salobrejo, que mantiene unos buenos niveles de agua, inundada a ambos lados de la vía del tren. Los aguiluchos laguneros incansables repasaban las orillas, los juncales y los cultivos de cereal del entorno, con al menos 5 machos y un par de hembras. Al llegar al puente que nos sirve de punto de observación es observado un macho de lavandera cetrina en compañía de una lavandera boyera, que desafortunadamente no da tiempo de fotografiar. Varios banditos de lavanderas boyeras que suman cerca de un centenar de aves, picotean en los campos de cereal y prados húmedos del entorno y se levantan asustadas al paso de los aguiluchos. En la laguna destacan media docena de agachadizas comunes y 4 malvasias cabeciblancas. Con estas observaciones, damos por concluida la jornada y emprendemos la vuelta a Alicante.
Texto Sergio Arroyo