Ante el inicio de las obras de dragado del cauce viejo de la desembocadura del río Segura, la Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) advierte del impacto que provocarán estas actuaciones sobre los valores ambientales de esta zona húmeda. El grupo ecologista recuerda que la desembocadura del río Segura es un humedal incluido, con el nº 24, en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana que pese a los impactos que padece en forma de vertidos de residuos, presión humana y urbanística, acoge una elevada biodiversidad entre las que destaca la avifauna y que en un estudio realizado por AHSA en 2011 en este humedal, recopiló datos de la presencia de 163 especies de aves.
AHSA considera que las prisas por ejecutar el proyecto no justifica en absoluto que se realice sin la preceptiva estimación de impacto ambiental y considera preocupante la estrategia adoptada de trocear el proyecto para evitar este tramite de supervisión, limitando a 20.000 m3 la cantidad de lodos que se va a extraer del tramo final del cauce. Impidiendo de esta forma la evaluación de la afección que tendrán las obras sobre el ecosistema y sus especies asociadas, así como de la formulación y aplicación de las posibles medidas correctoras aplicables para compensar los evidentes impactos negativos que tendrá esta actuación.
El grupo ecologista confía en que la extracción de lodos se limitará al tramo final del cauce y no se actuará sobre la vegetación palustre de las orillas del río, en primer lugar porque ya prácticamente se ha iniciado la temporada de reproducción de las aves acuáticas que nidifican en este medio, además de que dragar el cauce viejo del río lo convertirá en un mero desagüe de la red de azarbes, alterando de forma grave e irreversible este sector del humedal protegido. En ese sentido, AHSA se dirigirá a la Conselleria de Transición Ecológica para advertir de la situación y reclamar que las obras no afecten al tramo de cauce con vegetación palustre.
Por otra parte Amigos de los Humedales alerta de la más que probable presencia de productos químicos potencialmente peligrosos en los sedimentos del cauce, procedentes de los vertidos contaminantes que durante décadas arrasaron cualquier rastro de vida en el río Segura. AHSA recuerda que las aguas del río llegaron a alcanzar altas concentraciones de mercurio, cadmio, y plomo, detectados en los lodos extraídos en 1998 del cauce del río en Rojales y vertidos en varios sotos del río por la CHS, cuya denuncia por parte de AHSA y de Ecologistas en Acción fue el origen del único proceso judicial que se llevó a cabo contra la contaminación del río Segura.
Por último, AHSA lamenta la absoluta falta de sensibilidad de las diferentes administraciones públicas en la conservación de la desembocadura del río Segura y considera está actuación un nuevo y lamentable episodio, tras la descatalogación de una parte de la zona húmeda protegida donde se construyó de forma completamente ilegal un centro comercial en 2004.