Aprovechando la reciente celebraciรณn del dรญa de Sant Jordi, celebramos un sencillo pero bonito acto en mi laboratorio. Varios investigadores presentaron los libros que han publicado recientemente, hubo un pequeรฑo recital poรฉtico-musical, se presentaron los resultados de una encuesta sobre el papel de la ciencia y las cientรญficas y cientรญficos en la sociedad, y por รบltimo, un vรญdeo breve de presentaciรณn de las actividades de mi centro. A largo del acto (bastante breve, en realidad, algo mรกs de media hora) varias veces se mencionรณ el hecho de que nuestros trabajos y nuestras mediciones nos muestran que los ocรฉanos, y por extensiรณn el medio ambiente, estรก experimentando una degradaciรณn sin precedentes y encima acelerada en los รบltimos aรฑos. Sin embargo, se insistรญa en la necesidad de alimentar ยซla esperanzaยป. No el optimismo sobre la situaciรณn, no – serรญa bastante absurdo, a tenor de los datos – sino la esperanza de que seremos capaces de revertir la situaciรณn. Una esperanza en realidad bastante infundada teniendo en cuenta cรณmo nos ha ido durante las รบltimas dรฉcadas y el poco caso que se nos ha hecho al personal cientรญfico que investigamos la Crisis Ambiental. Significativamente, el vรญdeo institucional jugaba tambiรฉn con los conceptos de ยซcienciaยป y ยซesperanzaยป, en lo que para mi era un acto fallido porque, de algรบn modo, se sobreentendรญa que ambos conceptos son, en la prรกctica, mutuamente excluyentes o contradictorios.
Y es que lo son. Quienes trabajan (trabajamos) en el marco de las ciencias ambientales estamos viendo un desastre sin precedentes en prรกcticamente todas las variables ambientales que queramos mirar. Como hemos comentado varias veces, hemos sobrepasado ya 6 de los 9 lรญmites planetarios identificados hace ya 16 aรฑos, y aรบn hay otros 2 lรญmites que podrรญan ser sobrepasados en los prรณximos aรฑos, uno de ellos netamente oceรกnico (acidificaciรณn).
El caso es que sobrepasar uno solo, tan solo uno de los lรญmites planetarios, pone en riesgo la continuidad de la especie humana, y por tanto mรกs tiempo que se prolongue esa situaciรณn de extralimitaciรณn, mรกs riesgo se corre de entrar en una espiral irreversible de degradaciรณn ambiental, un punto de no retorno o tipping point. Eso, sobrepasando solo uno de los 9 lรญmites. Ahora, quรฉ significa sobrepasar, a la vez, 6 – y si seguimos como hasta ahora, dentro de unos aรฑos, 8 lรญmites planetarios.
Despuรฉs del acto estuve dรกndole muchas vueltas al asunto. ยฟQuรฉ sentido tiene que la consigna mรกs o menos aceptada en la academia es que tenemos que transmitir un mensaje de esperanza? Pero aรบn, cuando gente como yo presenta con crudeza los puros y meros datos, es bastante normal que incluso por compaรฑeros de profesiรณn califiquen este discurso de ยซcatastrofismoยป o ยซpesimismoยป, cuando lo que se muestra son simplemente datos, desnudos, factuales. Hechos, al fin y al cabo. Pareciera como si cada vez que uno muestra que la cosa va de pena tuviera la obligaciรณn de hacer una jaculatoria a la capacidad de la Ciencia (asรญ, con mayรบsculas) y al ingenio del Ser Humano (tambiรฉn con mayรบsculas) para descargar toda responsabilidad, para que quede claro que esto se va arreglar, aunque de momento no tengamos la mรกs mรญnima idea de cรณmo.
Sin embargo, me parece difรญcil tomar una actitud mรกs anticientรญfica. La ciencia tiene que mostrar las cosas de la manera mรกs objetiva y desapasionada posible, sin dejar que las propias creencias sesguen los resultados, de modo que lo que se produzca sea de validez general y a partir de aquรญ se pueda construir lo que se necesita.
Y los datos son tremendos. En este momento, el desbalance radiativo, es decir, la diferencia entre la radiaciรณn que recibe el planeta y la que radia de vuelta al espacio, de acuerdo con las mediciones de los satรฉlites de la NASA se ha multiplicado por 4 con respecto a los valores que tenรญa en 2002.
Hacia el aรฑo 2014 se produce un cambio brusco, y asรญ hemos pasado de 0,37 W/mยฒ en 2002 a los 1,37 W/mยฒ actuales. Por quรฉ ha pasado esto tan rรกpido tiene que ver probablemente con varios procesos como la pรฉrdida de hielo en el รrtico (el agua absorbe mรกs energรญa, el hielo la refleja) y la drรกstica disminuciรณn de la emisiรณn de aerosoles fruto de la quema de combustibles fรณsiles, sobre todo SO2, en China, en su lucha con el grave problema de contaminaciรณn que tenรญan. Es por este desbalance que el calentamiento global claramente se ha disparado en los รบltimos aรฑos, y que acabamos el 2024 con una temperatura global en +1,6 ยบC con respecto a los niveles preindustriales. A este paso, en unos pocos aรฑos mรกs llegaremos a +2ย ยบC, lo cual serรญa catastrรณfico para Espaรฑa, porque harรญa que temperaturas de 50ย ยบC o mรกs sucedieran con cierta frecuencia en verano, con grave riesgo para la vida de las personas, destrucciรณn de ecosistemas, mรกs incendios, etc. Y eso por no hablar de todas los cambios que se estรกn ya generando en la circulaciรณn atmosfรฉrica y oceรกnica, de consecuencias imprevisibles. El tiempo de reaccionar a la Emergencia Climรกtica se nos ha acortado considerablemente, mientras vamos hablando de esperanza.
A nivel de recursos, las noticias no son precisamente esperanzadoras. La crisis originada por la falta de combustibles se sigue extendiendo por Latinoamรฉrica y รfrica, comoย ya comentamos en un post anterior; ahoraย los problemas llegan con fuerza a Mรฉxico. Falta cobre, fundamental para toda la electrificaciรณn, y comienza a haber problemas de suministro en toda suerte de materias primas, desde cereales y cacao a metales diversos. Y en medio de este problema grave y estructural, la implantaciรณn de aranceles por parte de EE.UU. ha dejado el comercio mundial destartalado, empujando a la baja el precio del petrรณleo (porque hay menos consumo),ย lo cual pone en entredicho la inversiรณn futura, particularmente en elย frackingย estadounidenseย y garantiza la escasez de petrรณleo en el futuro prรณximo. Por si eso fuera poco, y mientras continรบan la guerra en Ucrania y el exterminio en Gaza, y otras 17 guerras por todos olvidadas, crece la conflictividad bรฉlica entre India y Paquistรกn. La lucha por los combustibles, los metales, los alimentos, el agua… solo van a crecer en los prรณximos aรฑos. Pero nosotros tenemos que tener esperanza.
A mi me hace gracia cuando me acusan de derrotista y de pesimista. En realidad, yo soy una persona muy optimista. Porque aquรญ estoy, luchando a pesar de la evidencia que se acumula, porque aรบn creo que se puede conseguir mejorar la situaciรณn, porque aรบn creo que podemos lograrlo. Los que bajan los brazos, buscรกndose la coartada moral de ยซla esperanzaยป, รฉsos son los verdaderos derrotistas, porque no hacen nada para intentar cambiar la situaciรณn, porque aceptan como inevitable lo que tenemos y lo que se viene.
Compaรฑeros, compaรฑeras, del mundo cientรญfico: hay que abandonar de una vez por todas la absurda insistencia en la esperanza, adormidera de conciencias. No es eso lo que necesitamos. La respuesta que tenemos que dar no es ยซla esperanzaยป, sino el activismo. Tenemos que salir ahรญ fuera y explicar lo que pasa, denunciar lo que pasa, ser beligerantes con lo pasa, oponerse a lo que pasa. Es nuestra obligaciรณn moral ineludible, porque somos los que sabemos lo que pasa. Como dijo Albert Einstein, quien tiene el privilegio de conocer, tiene el deber de actuar.
Tenemos que salir ahรญ fuera, a defender a nuestros congรฉneres y a todo lo que estรก vivo. Porque no hay otra lucha que merezca mรกs la pena, ninguna otra causa que sea mรกs justa. Y รฉsta nos interpela. Esperanza no: activismo y justicia.
Publicado en el blog The Oil Crash https://crashoil.blogspot.com/2025/05/esperanza-y-derrotismo.html