PROPONDRÁ LA CREACIÓN DE UN CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL CABO Y DE SU ENTORNO MARINO EN EL HISTÓRICO EDIFICIO
El pasado mes de abril, la Autoridad Portuaria de Alicante (APA) aprobó la convocatoria de un concurso público para la concesión administrativa de parte del recinto del faro del cabo de la Huerta, para destinarlo a uso turístico. Todas las propuestas presentadas fueron de proyectos para la instalación de restaurantes.
Desde AHSA consideramos completamente inapropiado que se autorice la instalación de un restaurante en un emplazamiento como el faro del cabo de la Huerta y creemos que las construcciones en las que quiere habilitarse deberían destinarse en su integridad a un centro de interpretación de los valores naturales, culturales y paisajísticos del Cabo y su entorno marino (LIC marino del Cap de l’Horta), como se ha hecho en el faro del cabo de San Antonio en Xàbia (centro de interpretación del P.N. del Montgò y de la reserva marina del cabo de San Antonio). Esta semana la APA ha hecho pública la selección del concesionario, aunque todavía deberá tramitarse la autorización que conllevará un periodo de información pública, en la que AHSA presentará alegaciones en contra de la misma.
En el entorno urbano del Cabo y de la playa de San Juan hay infinidad de restaurantes, no es necesario en absoluto la instalación de uno más en un edificio histórico situado en un espacio natural de gran interés. En Alicante, sin embargo, no hay ningún centro de interpretación de algunos de los espacios naturales de la ciudad, por lo que el faro podría alojar una exposición permanente que diera a conocer los valores y singularidades tanto del propio cabo como del entorno marino. Recordemos la importancia de este sector de la costa para las variadas especies de aves marinas que lo frecuentan, tanto para alimentarse como para descansar en los propios escollos del Cabo, donde es habitual que se formen concentraciones de gaviotas de Audouin, charranes patinegros o cormoranes moñudos entre otras.
En cuanto a la adjudicación, consideramos preocupante que ésta haya recaído en una empresa propietaria de un conocido restaurante alicantino, que precisamente está instalado en un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y que las reformas que realizaron en el mismo fueron motivo de una denuncia por parte del Ayuntamiento de Alicante.
En la actualidad, veintiocho faros de España acogen usos como centros de interpretación, arte y exposiciones; doce faros son utilizados como centros culturales y de formación; cinco como centros de investigación y laboratorios y solamente siete faros disponen de cafeterías y restaurantes. Es evidente que deberíamos tomar el ejemplo de otras localidades.
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