Este año la temporada reproductora se presentaba prometedora para los charranes, con la instalación de una magnífica colonia de charrán patinegro Thalaseus sandvicensis de unas 800 parejas reproductoras en las salinas de Torrevieja, una especie que tuvo un intento de cría fracasado a mediados de los años 90 en las salinas de Santa Pola y desde entonces, pese a formar importantes concentraciones prenupciales con cortejos y cópulas, solamente había nidificado ocasionalmente unas pocas parejas, sin tener evidencia de que sacaran pollos adelante. La llegada de los charranes patinegros a Torrevieja coincidió con la nidificación de una pareja de charrán rosado Sterna dougallii, precisamente a pocos metros del mismo lugar donde instaló su nido en 2016 y que fue abandonado por la entrada de vehículos en las motas donde se encuentra la colonia. Además de las novedades de los patinegros y los rosados, después de varias temporadas reproductoras muy irregulares del charrán común Sterna hirundo,, con fluctuaciones de la población reproductora y el extraño inicio tardío de la nidificación que se registró tanto en 2019 como en 2020, se presentaba un año favorable para la especie, con un buen número de parejas reproductoras que ya habían comenzado a criar tras su llegada a mediados del mes de abril.
Las inusuales lluvias caídas en el sur de Alicante, entre finales del mes de mayo y comienzos del mes de junio, han sido devastadoras para los charranes. La primera jornada lluviosa, el 22 de mayo, afectó principalmente a los charranes comunes, tanto en las colonias de las salinas de Santa Pola como en las de Torrevieja. En Santa Pola, de las 338 parejas contabilizadas a mediados de mayo en Pinet (240), en el cristalizador de Bonmatí (39) y la Reserva (39), quedó alrededor de medio centenar de parejas en Pinet. En Torrevieja, de los 198 nidos censados el 19 de mayo, el día 25 quedaban 90, en esa primera jornada los rosados aguantaron y el grueso de los patinegros también, aunque podría haber empezado a producirse bajas, aunque difícil de calibrar por la distancia y lo compactos que son los núcleos reproductores.
El 1 de junio se produce otra jornada lluviosa con un intenso aguacero sobre Torrevieja, una visita al día siguiente constata el abandono de los principales núcleos de charrán patinegro, quedando unas 50 pp. y alrededor de 20 pollos. Un grupo de gaviotas patiamarillas Larus michahellis despacha los restos de la colonia abandonada. Las pagazas piconegras Gelochelidon nilotica, también se ven afectadas, de los 126 nidos censados, quedan 86, algunos de ellos con minúsculos pollitos que han logrado sobrevivir a la intensa lluvia.
La última tormenta, en la noche del 5 de junio, da la puntilla a la colonia de Torrevieja, abandonando el grupo de patinegros que había aguantado incubando y el resto de charranes comunes, con ellos los rosados.
Las tormentas de primavera ya habían sido causa de abandono en la gaviota picofina Chroicocephalus genei en años anteriores, especie que también se ha visto afectada por las lluvias de este año, con un abandono de alrededor del 35% de las parejas reproductoras. Las tormentas primaverales, cada vez más frecuentes, se perfila como otra amenaza para el incierto futuro de estas especies de aves asociadas a los humedales costeros.
Texto: Sergio Arroyo Morcillo
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