En un estudio realizado por Juan Carlos Alonso y Carlos Palacín, investigadores adscritos al Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y publicado por la revista científica Bird Conservation International, se analiza la evolución de la población mundial de avutarda en los últimos 15 años. En este trabajo han podido determinar que ésta ha descendido entre el 30 y 38 %, lo que supone la perdida de 31.000 -36.000 ejemplares en 15 años. Los autores han revisado todos los censos publicados en revistas científicas, los presentados en conferencias internacionales, los comunicados por organizaciones conservacionistas a través de páginas web, además han contactado con la mayor parte de especialistas que trabajan con la especie para solicitar información de los últimos censos que no se han publicado todavía. Los datos han sido comparados con los obtenidos por los autores en un estudio similar publicado en 2010 y referente a la situación de la población mundial de avutarda en 2005.
Durante la ultima una o dos décadas, el declive ha afectado al menos a 9 de los 17 países que cuentan con poblaciones de avutarda, siendo China con un descenso del 89% y la Rusia europea con el 72% los más afectados. Aunque mas preocupante ha sido el que se ha producido en Iberia, donde reside entre el 70 y el 75% de la población mundial de la especie y de las cuales han desaparecido la mitad de las avutardas portuguesas y entre el 25-30% de las españolas.
Los autores llaman también la atención del precario estado en que se encuentra la población de avutarda en Marruecos, la única existente en África, y la de Irán a las que sitúa al borde de la extinción. Por otra parte señalan el significativo aumento registrado en Alemania y Austria y en menor medida en Hungría, gracias a las continuadas e intensas medidas de conservación realizadas.
La principal causa del declive, tal y como ocurre con otras especies de aves esteparias o vinculadas al medio agrario, es el incremento en la utilización de pesticidas que provoca la escasez de invertebrados, de los que se alimentan los pollos de avutarda y que determina unos bajos niveles de productividad juvenil, situación observada en los últimos años en muchas áreas, incluidas algunas regiones ibéricas.
Los éxitos conseguidos en Alemania y Austria evidencia que si se toman las adecuadas medidas de conservación se puede revertir la tendencia negativa actual y los autores recomiendan que de continuar ésta, la IUCN debería revisar el estatus de la especie en la Lista Roja para aumentar la categoría de conservación y que pasara de Vulnerable a En Peligro.
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