La Generalitat Valenciana retirara más de 8.000 pinos muertos en la sierra del Molar en un proyecto de restauración ambiental

Grupo de pinos muertos en la sierra del Molar (S. Arroyo)

La sierra del Molar con apenas 80 m. de altitud es una atalaya  en la zona más cercana al mar de la llanura aluvial del Bajo  Segura. Durante milenios fue una isla en medio del golfo marino denominado por los romanos como Sinus Ilicitanus, donde desembocaban los ríos Segura y Vinalopó. Desde los puntos mas altos del Molar podemos observar los restos de de ese antiguo golfo marino en forma de humedales que todavía perduran en la actualidad, encuadrados en los parques naturales de las salinas de Santa Pola y El Hondo. Su estratégica situación geográfica y que gracias a la existencia de 673 Has. de monte público, una parte de la sierra del Molar se halla librado de los procesos especulativos que han degradado amplias áreas litorales de las comarcas sudalicantinas, hacen de este enclave un interesante espacio natural, pese a los impactos y problemas que arrastra desde hace décadas.

Barranco en la zona este de la sierra del Molar (S. Arroyo)

Las campañas de las denominadas «repoblaciones forestales» con coníferas y eucaliptos realizadas durante la dictadura franquista y que causaron estragos en ecosistemas naturales de montes, humedales y campiñas de toda España, llegaron también a este rincón de la costa mediterránea. Las escasas e irregulares lluvias propias del sureste ibérico y un suelo frágil e inestable conforman unas condiciones adversas para el desarrollo de los miles de los pinos carrascos (Pinus halepensis) plantados hace más de 70 años, lo que ha provocado que muchos de los árboles que han sobrevivido tengan un porte arbustivo y los más desarrollados, en determinadas zonas con mejores condiciones, no superen los 3-4 metros de altura media. Estas duras condiciones ambientales  se han visto agravadas en los últimos años con el aumento de las temperaturas y de la consiguiente evapotranspiración, causando la muerte de miles de pinos que en determinados lugares formaban una verdadera pira aumentando el riesgo de incendio forestal.

Albardinal de la ladera oeste de la sierra del Molar, al fondo la sierra de Callosa (S. Arroyo)

Ante la crítica situación y tras décadas de abandono, la Generalitat Valenciana ha decidido actuar con el denominado Proyecto de restauración de ecosistemas esteparios en el monte público «Sierra del Molar».  Las actuaciones previstas incluyen la eliminación de pies secos de matorral y pino, estimados en más 8.800 los que serán triturados y la plantación, sobre una superficie de 59 Has., de diferentes especies de arbustos propias de la zona como el lentisco, el palmito, la ephedra, el cambrón, la coscoja y el espino negro entre otras. El proyecto se completa con la retirada de vertidos de enseres, residuos y restos de poda vertidos por los vecinos de las urbanizaciones cercanas y de las viviendas diseminadas que cada día proliferan más en la sierra del Molar.

Copa de uno de los grandes pinos carrascos que bordean el canal de Riegos de Levante en la base de la sierra del Molar (S. Arroyo)

Aunque  la actuación prevista apenas cubre el 10% de la superficie total del monte público, al menos la Administración autonómica se decide a retirar miles de pinos secos que suponen una seria amenaza de inicio o propagación de un incendio forestal, así como de propagación de enfermedades. Lamentablemente el número de pinos muertos se irá multiplicando con el paso de los años con el aumento de las temperaturas y la duración de las sequias. Este invierno se pueden ver  decenas de ellos con buena parte de sus copas secándose, algunos centenarios como los que flanquean el canal de Riegos de Levante en la base de la sierra del Molar que podría deberse al perforador del pino Tomicus destruens, o a la denominada fisiopatía del pino carrasco, que al parecer raramente causa la muerte de los árboles afectados, al contrario que el Tomicus, un escabajo que  ya causó la muerte de miles de pinos de «repoblación» en diferentes sierras del sur de Alicante como las de Orihuela y Callosa a mediados de la pasada década.

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