El pasado 23 de mayo AHSA recibió la notificación del acuerdo del Ayuntamiento de Guardamar mediante el cual se aprobaba la modificación nº 15 del PGOU de esta localidad y se rechazaba las alegaciones presentadas por el grupo ecologista, lo que en la práctica significa el visto bueno a la construcción de más de 2.300 viviendas sobre una superficie de 50 ha situadas entre la desembocadura del río Segura, la pinada del monte del Moncayo y la N-332.
Los terrenos afectados por este nuevo desarrollo urbanístico están catalogados como suelo forestal estratégico y en el difunto Plan de Acción Territorial de la Vega Baja (PATVB) se afirmaba que la urbanización del sector «supone la ocupación de más de 50 hectáreas en un entorno agroforestal muy próximo al litoral colindante con la zona húmeda catalogada de la Desembocadura y Frente Litoral del Río Segura. El sector se asienta sobre suelo forestal estratégico. En interior del sector aparecen retales de suelo forestal afectando al hábitat orgazales con salsola genistoides reconocido en la cartografía de hábitats. En los bordes del sector las pendientes superan el 25%. El sector tiene afección por inundabilidad en todo el entorno de las Cañadas. Todo el sector está rodeado por riesgo muy alto de incendios. Supone la ocupación masiva de una de las piezas verdes emergentes reconocidas por el PAT en el marco de la infraestructura verde. Un paisaje relicto en el contexto prelitoral en el que se encuentra. El sector afecta también a la Colada de las Cumbres.”
Además, el PATVB alertaba de la saturación urbanística de Guardamar, que supera ampliamente el índice medio de ocupación de suelo para uso residencial (IMOS) establecido por la Generalitat Valenciana, algo que al Ayuntamiento de Guardamar parece importarle menos que nada, porque no solamente se ha aprobado la urbanización de este espacio agroforestal sino que en la misma sesión el Ayuntamiento también se aprobó otro sector, de 685.000 m2, lo que suman más de 110 ha del prelitoral a urbanizar en los próximos años.
Por otra parte la zona presenta riesgos naturales, también señalados por AHSA en sus alegaciones, referentes al riesgo de inundación de una parte del sector, la mayor parte situada en la cuenca de afección de la zona húmeda catalogada 24 o a la afección por peligrosidad geomorfológica. Además ocupa hasta 13 hectáreas de suelos de elevada capacidad agrológica.
En sus alegaciones AHSA proponía que los terrenos de este sector deberían estructurarse en un corredor territorial y ecológico que, combinando suelos agrícolas y forestales, conecte de forma directa dos humedales catalogados, la desembocadura y frente litoral del Segura y la Laguna de La Mata.
Lamentablemente esta decisión del Ayuntamiento de Guardamar viene a sumarse a la ola de reactivaciones de proyectos urbanísticos en la comarca de la Vega Baja que nos vuelve a sumir en la vorágine de la destrucción del territorio y la degradación ambiental, un tremendo error que contribuirá a agravar la crisis ecológica en la que nos hallamos inmersos.