Pocos meses después de la DANA del pasado septiembre, cuando se evidenció las graves consecuencias que tiene la construcción masiva en la llanura aluvial del bajo Segura, siguen goteando los planes de infraestructuras proyectadas sobre terrenos inundables de su huerta tradicional. La semana pasada era la ubicación de la nueva depuradora de Almoradí, en esta ocasión es la instalación de un parque solar fotovoltaico, que ocuparía casi 6 hectáreas de suelo agrícola fértil, situados en el término municipal de Callosa del Segura, terrenos de gran valor agrícola, paisajístico y ambiental.
Una ubicación que desde AHSA consideramos completamente inadecuada, por lo que hemos presentado alegaciones en contra de la construcción de esta infraestructura en la ubicación propuesta. Somos conscientes de la necesidad de aumentar la potencia de energía solar instalada, como método eficaz de lucha contra las emisiones de CO2, pero proponemos que ese aumento se concrete sobre las cubiertas de edificios ya existentes.
Consideramos que la autorización de esta instalación sentaría un peligroso precedente que podría llevar a que gran parte de la huerta tradicional de la Vega Baja, termine convertida en una gran instalación industrial de producción de energía. Más aún en las actuales circunstancias en las que se está produciendo una verdadera avalancha de proyectos de este tipo, con la instalación de plantas fotovoltaicas solares el pasado año equivalentes a una potencia de 4,7 GW en España, lo que supuso mas del 25% del instalado en toda la UE durante el mismo periodo.
Es precisamente la Generalitat, la administración que debe velar porque ese indeseable proceso no se produzca, planificando adecuadamente el territorio de la Vega Baja , en el plan de Acción Territorial que se está elaborando, excluyendo este tipo de instalaciones sobre suelo agrícola del paisaje de relevancia regional de la huerta tradicional de la Vega Baja a la vez que fomente su implantación sobre las cubiertas de las edificaciones existentes en la comarca.
Por último, señalar que el vigente PATRICOVA, califica la zona con un nivel de peligrosidad 2 y que el proyecto contempla elevar la cota del terreno en más de 80 cm, por lo que cabría recordar que, tras la DANA, en esa zona se superó el calado máximo contemplado en esta legislación. Por lo que insistimos en que la alternativa más razonable es la ubicación de este tipo de instalaciones sobre cubiertas de edificaciones ya existentes, quedando de este modo fuera de las afecciones vinculadas a un territorio muy vulnerable al riesgo de inundación.
En este enlace podéis leer el artículo que ha publicado el diario Información sobre este tema: https://issuu.com/ahsa/docs/informacio_n_8-3-2020._los_ecologistas_piden_al_co