AHSA y ASE proponen a la Confederación del Segura la renaturalización de la red de azarbes y acequias de la huerta tradicional, la restauración ecológica de los Saladares de Arneva y de la Albufera de la Glea y actuaciones de restauración hidrológica-forestal


Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) y Amig@s de Sierra Escalona (ASE) han propuesto a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), en sus aportaciones al Plan de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI) de la demarcación, la renaturalización de la red de azarbes y acequias de la huerta tradicional de la Vega Baja, la restauración ecológica de los humedales de los Saladares de Arneva y de la Albufera de la Glea y actuaciones de restauración hidrológico-forestal en la parte alicantina de la demarcación. Son tres de las quince aportaciones que ambos colectivos trasladaron a la CHS en el plazo de consulta del PGRI, aportaciones que esperan que se tengan en cuenta en el plan que se termine aprobando.

Obras de desentubamiento del azarbe del Acierto (S. Arroyo)

Una de las actuaciones del plan propone ampliar y adaptar la red de drenaje de riego actual (acequias y azarbes), con un coste de 100 millones de euros, para mejorar su capacidad de desagüe, proponiéndose también su interconexión. Lo que los ecologistas proponen añadir es que esa ampliación y adaptación, que consideran muy necesarias tras el sistemático proceso de reducción de anchura, artificialización e incluso entubamiento que denuncian que ha sufrido esta histórica red de drenaje, se lleve a cabo con criterios de renaturalización que devuelvan a azarbes y acequias su condición, en gran parte perdida, de hábitat natural y de cauces de vida. AHSA y ASE no entienden que se hayan desentubado azarbes para posteriormente cementar sus márgenes (como ha ocurrido con los azarbes del Acierto y de Los Vidales y como podría ocurrir con el azarbe del Señor) existiendo la alternativa de recuperar su morfología original de tierra con vegetación de ribera (fundamentalmente carrizo) que contribuye a su integración paisajística y a configurar corredores verdes entre la huerta tradicional y humedales como El Hondo, El Hondo de Amorós y la Desembocadura del Segura. Además, piden que las actuaciones se proyecten de modo que no se elimine arbolado de interés vinculado a los azarbes o a las acequias, como la ocurrida en el desentubamiento del azarbe de Los Vidales.

Saladar de Arneva (J. Asunción)

En segundo lugar, piden que el PGRI incorpore actuaciones de restauración ecológica de humedales que han sido objeto de intensos procesos de degradación y destrucción durante las últimas décadas, mencionando dos humedales históricos de Orihuela que proponen que sean objeto de restauración ecológica: los Saladares de Arneva y la Albufera de la Glea, ésta última asociada a la desembocadura del río Nacimiento. AHSA y ASE señalan a la CHS que también han trasladado propuestas en ese sentido al Ayuntamiento de Orihuela, propuestas que esperan que sean bien acogidas y que puedan contar con el apoyo e impulso de la CHS. Consideran que la recuperación de la funcionalidad de dichos humedales puede jugar un papel positivo como elementos naturales de retención del agua en el ámbito de dos de las áreas de riesgo potencial significativo de inundación que el PGRI identifica en la Vega Baja, ayudando a la reducción de las escorrentías superficiales, debiéndose además integrar la restauración ecológica de la Albufera de la Glea en la actuación proyectada de restauración fluvial del río Nacimiento.

Albufera de la Glea (Crónicas Naturales de Torrevieja)

Por último, denuncian que el PGRI no contemple actuaciones de restauración hidrológico-forestal en la parte alicantina de la demarcación y consideran que dichas actuaciones son necesarias en espacios forestales – como sierra Escalona o las sierras de Callosa, del Agudo o de Albatera – ligados a áreas de riesgo a fin de reducir de forma sostenible las escorrentías que causaron graves daños durante la DANA de 2019. Medidas de restauración que piden que se basen en la restauración ecológica, utilizando especies autóctonas y evitando errores del pasado como los aterrazamientos y la introducción de especies exóticas o poco adaptadas al clima semiárido. Señalan además que la incorporación de este tipo de actuaciones al PGRI puede hacer innecesarias las zonas de laminación propuestas en distintas sierras protegidas por la Red Natura 2000 o justificar su redimensionamiento a la baja reduciendo su impacto.

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