EN EL ENTORNO DE LA CV-95 EXISTEN CASI MIL CUATROCIENTAS HECTÁREAS DE SUELO URBANIZABLE REPARTIDAS PRINCIPALMENTE ENTRE ORIHUELA Y JACARILLA
En el acto conmemorativo del primer aniversario del plan Vega Baja Renhace, una iniciativa que, no lo olvidemos, se fraguó para combatir los efectos de las inundaciones en la Vega Baja del Segura tras la DANA de 2019, celebrado el pasado 18 de diciembre, se dialogó en torno a los cuatro ejes que sustentan este plan estratégico: infraestructuras hidráulicas, emergencia climática, sociedad y desarrollo económico.
Curiosamente, nada ha trascendido a la opinión pública de los tres primeros ejes, a nuestro modo de ver, los sustanciales: ni las infraestructuras hidráulicas a acometer, ni las medidas de resiliencia y adaptación al cambio climático, ni la mejora de los servicios públicos para el conjunto de la población. El tema que ha adquirido protagonismo público ha sido, una vez más, el requerido desdoblamiento de la CV-95 por parte del sector empresarial de la comarca vinculado a la promoción inmobiliaria.
Curiosamente, nada ha trascendido a la opinión pública de los tres primeros ejes, a nuestro modo de ver, los sustanciales: ni las infraestructuras hidráulicas a acometer, ni las medidas de resiliencia y adaptación al cambio climático, ni la mejora de los servicios públicos para el conjunto de la población. El tema que ha adquirido protagonismo público ha sido, una vez más, el requerido desdoblamiento de la CV-95 por parte del sector empresarial de la comarca vinculado a la promoción inmobiliaria.
Resulta una cuestión evidente y obvia que nuestra comarca precisa de un plan integral de movilidad intermodal y con gran peso del transporte público sostenible, que conecte e integre las diferentes poblaciones del interior con nuestro litoral y no sólo Orihuela y Torrevieja, y que busque soluciones para la saturación del tráfico en los únicos dos tramos de la CV-95 en los que cabe hablar de saturación: entre la AP-7 y la nacional 332 en Torrevieja, y entre Bigastro y Orihuela.
La necesidad de mejorar la movilidad comarcal, entre ellas la conexión Orihuela-Torrevieja, nunca debe ser el pretexto ni la excusa para promover la masificación urbanística de la segunda línea de costa. Una masificación que puede apreciarse en el visor cartográfico de la Generalitat Valenciana, en el que figuran un total de 1.386,8 hectáreas de suelo urbanizable con destino a uso residencial en el entorno de la CV-95. La superficie de este suelo urbanizable equivaldría a 2.733 campos de fútbol o a 11 veces la del parque madrileño del Retiro.
Este suelo urbanizable es el resultado de la suma de 25 proyectos residenciales repartidos entre los municipios de Bigastro, Jacarilla, Orihuela, San Miguel de Salinas y Torrevieja. Torrevieja y San Miguel cuentan con un sector cada uno y Bigastro cuenta con cuatro sectores, pero Jacarilla y Orihuela, con nueve y diez sectores, se llevan la “palma”. Del total ocupan una superficie de 261,7 y 1.018,6 hectáreas, respectivamente.
El suelo urbanizable se encuentra en diferentes grados de ejecución. Existen sectores que no se han desarrollado, otros que cuentan con PAIs aprobados, aunque no desarrollados, y otros que están en ejecución.
El desarrollo económico debe conjugarse con la sostenibilidad y con la conservación medioambiental. El futuro de nuestra comarca, a juicio de las entidades firmantes de esta nota de prensa, pasa por la protección, mantenimiento y mejora de nuestro rico patrimonio natural, cultural y paisajístico, y no pasa por reproducir la masificación urbanística y la falta de servicios de Torrevieja y Orihuela Costa en el interior.
Tabla con las superficies de los 25 proyectos residenciales en el entorno de la CV-95