
Un año más visitamos las estepas cerealistas y humedales del complejo lagunar Pétrola – Corral – Rubio. Con poca asistencia a esta tradicional actividad que solemos hacer en el mes de abril y que hemos adelantado al mes de marzo, posiblemente haya influido el poco tiempo de antelación con que se envío la convocatoria y la inestabilidad meteorológica que estamos teniendo estos últimos días. Finalmente la magra asistencia compuesta de Pablo Marín y él que esto escribe comenzamos la ruta ornitológica en el entorno de la estación de Bonete donde observamos 5 o 6 avutardas y un bando de al menos 27 gangas que picoteaban lejanas en una zona de barbecho. Aunque buscamos algún ejemplar de sisón no llegamos a dar con ninguno, de rapaces apenas un ratonero y varios cernícalos. De paseriformes destacar un gran bando de pardillos que podría llegar a superar los 300 ex. y una temprana collalba gris.
Seguimos hacia Corral Rubio, haciendo una parada en El Bachiller donde no vimos nada destacable y continuamos hasta la primera charca antes de llegar a Corral – Rubio, que tenía muy poca agua y de acuáticas, apenas 3 – 4 parejas de ánades frisos, 4 tarros blancos y 2-3 avefrías, además de la pareja de aguilucho lagunero que nidifica en el cada vez más exiguo carrizal que hay junto a está laguna. Las charcas de la entrada del pueblo estaban completamente secas y las dos principales que quedan en la salida hacia Pétrola mantenían unos niveles bajísimos y sin apenas rastro de aves, los únicos que se mantienen fieles a su territorios son los aguiluchos laguneros que vuelan en sus cortejos nupciales.
Seguimos hacia Pétrola por pistas de tierra y donde constatamos que la falta de lluvias también se nota en los cultivos de cereal, donde en muchos de ellos ni siquiera afloran los brotes y donde lo hacen es de forma muy rala, excepto algunos que son regados con aspersores. Un regalo ornitológico nos lo hacen dos avutardas que vienen volando directas hacia nosotros y nos permite disfrutar muy cerca del vuelo de estas espectaculares aves.
Llegamos a laguna de Petróla, también con unos niveles bajísimos donde encontramos varios centenares de gaviotas patiamarillas instaladas en la isla, unos cuantos flamencos y algunas avefrías, tarros blancos, avocetas e incluso una pareja de chorlitejo patinegro en la orilla junto al observatorio.
Nos acercamos al lado donde vierten las aguas de la depuradora del pueblo y donde se forma un humedal de aguas dulces ajeno a las salobres de la laguna, donde hay más de un centenar de fochas, con 20-25 ánades frisos algunas parejas en cortejo pese al fresco ambiente del nublado medio día, con varios andarríos grandes y cigüeñuelas.
Seguimos camino hacia la laguna del Saladar, en el trayecto nos cruzamos con un zorro que llevaba una de las patas traseras completamente rota pero la grave lesión estaba completamente cicatrizada y parecía que se encontraba en buenas condiciones a pesar de todo. En la laguna nos encontramos también con muy poca agua y apenas 5-6 gaviotas reidoras y una pareja de tarro blanco. Hablamos un rato con dos agentes medioambientales que nos confirman que ha habido una sequía tremenda y que las aguas que tiene algunas lagunas es la que ha cogido de las lluvias de los últimos días.
Llegamos finalmente a la laguna del Salobrejo que aunque más baja de lo acostumbrado mantiene un buen cuerpo de agua donde predominan las fochas comunes con más dos centenares de aves, completados con ánades frisos, sin duda la anátida más abundante en la jornada, algunos patos cuchara, porrones comunes, 8-10 malvasias y otros tantos zampullines cuellinegros.
La tarde fría y ventosa nos anima a volvernos hacia Alicante haciendo una parada en la laguna del Saladar, en Almansa, ampliada por las lluvias de los últimos días que ha inundado campos adyacentes y donde con una mirada rápida vemos azulones, fochas, reidoras, flamencos, tarros, andarríos, aguiluchos laguneros y avefrías volatineras con cortejos nupciales.