En los últimos días nos han remitido los historiales de tres limícolas observados durante el pasado otoño, todos ellos marcados en Polonia, país que tiene un buen número de programas de anillamiento de este grupo de aves y de los cuales hemos controlado unos cuantos estos últimos años. Se trata de las siguientes aves:
Un chorlitejo grande observado en El Hondo el 6/10/23 y marcado como juvenil el 20/07/23 en el río Oder al sur de Varsovia. Se trata del primer chorlitejo grande anillado que observamos en el sur de Alicante.
Una avoceta marcada como pollo el 15/06/22 en la laguna de Szczecin, en la desembocadura del río Oder, en la frontera con Alemania; observada en dos ocasiones durante el mes de julio de ese año en ese mismo humedal y controlada en El Hondo el 8/10/23 y varios días posteriores. Es la segunda avoceta polaca controlada, otro ejemplar anillado el mismo día y en el mismo paraje fue controlado en agosto de 2023 también en El Hondo.
Un correlimos común, fotografiado más que observado el 21/11/23, en las salinas del Pinet, ya que fue un bicho al que le hice un par de fotos cuando pasaba en vuelo y después me di cuenta de que estaba anillado. Marcado el 26/07/22 en la desembocadura del Vístula y sin controles posteriores.
Por último comentar la observación de una avoceta marcada con anilla con código alfanumérico perteneciente a un programa de anillamiento de Bulgaria, observada en octubre en El Hondo junto a la avoceta polaca, lamentablemente no hemos recibido contestación en estos meses. Junto con la dirección de contacto aparece la de una página web de un proyecto Life en el lago Atanasovsko en las costas del Mar Negro, aunque el proyecto finalizó en 2018. Seguiremos insistiendo.
En ocasiones y cada vez es más habitual, por la proliferación de programas de anillamiento, encontrarse con dificultades para localizar el origen de un ave marcada. No obstante os animamos a invertir un poco de vuestro tiempo en leer anillas y comunicarlas como forma de contribuir al estudio de la avifauna.
Observaciones de Jacobo Ramos y Sergio Arroyo