Atropellos y plásticos en las salinas de Santa Pola

Canastera atropellada en las salinas de Santa Pola (S. Arroyo)

La carretera N-332 que atraviesa de norte a sur las salinas de Santa Pola  es una fuente de graves impactos para este espacio natural. Una espantosa cinta negra de asfalto que atraviesa bellos saladares y tranquilas charcas salineras, emitiendo un ruido atronador,  escupiendo residuos y atropellando fauna.  Durante las semanas que ha durado el confinamiento, el descenso de la densidad del tráfico podría llevar a pensar que todos esos impactos se han aminorado, aunque así ha sido para los residuos y el ruido, no lo ha sido para los atropellos,  encontrando en unos días ejemplares de alcaraván, canastera, charrancito y cigüeñuela atropellados en sus cunetas. 

Está situación me ha hecho recordar los infructuosos intentos de AHSA para que se limitara la velocidad de la N- 332 a su paso por las salinas de Santa Pola, peticiones realizadas reiteradamente durante años en las reuniones de la Junta Rectora del Parque Natural y que finalmente fueron aplicadas, no para evitar los atropellos, sino por el imparable aumento del volumen de tráfico que se registró a partir de los años 2000. Irónicamente el aumento de vehículos propició que se redujeran los atropellos de fauna.

Cigüeñuela atropellada en las salinas de Santa Pola (S. Arroyo)

Para hacernos una idea de la cantidad de animales que morían en el asfalto en las salinas de Santa Pola, tenemos los datos de un estudio realizado entre diciembre de 1990 y noviembre de 1991, por tres naturalistas alicantinos, José Benito Ruiz Limiñana, Francisco Javier Martínez Díaz y José Aragoneses García que respondieron al anuncio de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA), organización precursora de Ecologistas en Acción, para realizar estudios de los atropellos de fauna en diferentes carreteras de España. Los resultados fueron estremecedores,  en 18 visitas realizadas se detectaron 263 mamíferos, 353 aves y 64 reptiles, en total 680 vertebrados pertenecientes a 64 especies, teniendo en cuenta que los animales muertos en la carretera no suelen durar mucho por la acción de los depredadores oportunistas, muchos de ellos víctimas también de atropellos, el impacto sobre la fauna de las salinas de Santa Pola era tremendo.

Plástico recogido de un charcón de las salinas de Santa Pola, en junio de 2020 (S. Arroyo)

El aumento del tráfico sin embargo ha traído también el  de los residuos, llenando de todo tipo de plásticos y objetos las charcas y saladares de las salinas. Hace unos meses, en diciembre de 2018 nos dirigimos a la Delegación del Ministerio de Fomento en Alicante, administración responsable de la gestión de esta carretera, pidiendo que establezca un protocolo de limpieza de las cunetas adaptado a la situación de este espacio natural, en el que se incluya la limpieza de los residuos vertidos en las charcas que bordean este vial. También nos dirigimos a la Consellería de Transición Ecológica y al Ayuntamiento de Santa Pola para que secundaran la petición de AHSA. La noticia que publicamos en la web de AHSA, la encabezaba una fotografía de un gran plástico en un charcón cercano a la torre del Tamarit. En estos meses he pasado innumerables veces por las salinas observando  el plástico que se movía por la charca a merced del viento. El pasado mes de mayo aprovechando que el viento de levante lo había aproximado a una mota, pude sacarlo del agua, ya mezclado con fango y en un avanzado estado de degradación tras año y medio bajo el agua. Espero que con el tema de los residuos tengamos más éxito que con el de los atropellos.

Texto y fotografías Sergio Arroyo Morcillo

 

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